Una gran “cancionista” española actuó en 1938

Conchita Martínez actuó durante tres semanas en los carnavales del Recreo Ideal del parque 9 de Julio.

A POCO DE LLEGAR. Conchita Martínez y su madre (izq) tras bajarse del tren que las trajo desde Buenos Aires para sus presentaciones en Tucumán. A POCO DE LLEGAR. Conchita Martínez y su madre (izq) tras bajarse del tren que las trajo desde Buenos Aires para sus presentaciones en Tucumán.

Conchita Martínez de apenas 18 años, ha logrado llegar al lugar donde llegaron en su plenitud artistas como La Goya, Raquel Meller, Pastora Imperio, Amalia Molina, Paquita Escribano, Amalia Isaura, Carmen Flores y otras de su género. Su arte, genuinamente español, traduce el espíritu lírico de la madre patria y es una encarnación musical de los entusiasmos y anhelos del pueblo hispano”, con estas palabras nuestro diario anunciaba la llegada de la cantante española a nuestra ciudad para presentarse por las fiestas de carnaval en el Recreo Ideal, que se ubicaba en el parque 9 de Julio en febrero de 1938.

Figura en su arte

La joven de apenas 18 años por entonces, ya era una reconocida figura del cante español y los tucumanos tuvieron la posibilidad de escucharla durante sus presentaciones a los largo de tres semanas. Su presencia fue imán para la gente que se dio cita en el reconocido recreo. Nuestra crónica destacaba que su estadía tanto en el “Jardín de la República” como en el país se debió a que “Conchita ha actuado al lado de la famosa bailarina Carmen Amaya; sólo una casualidad como es la jira de esta artista por Brasil ha permitido, mediante un contrato individual, a la cancionista hispana realizar una breve temporada entre nosotros”. Quizás el éxito de sus presentaciones en nuestra provincia haya hecho que las actuaciones se ampliaran a varias jornadas. En cada una de ellas el público colmaba las instalaciones esperando su actuación y las cuales eran ovacionadas. No sabemos que otras actividades desarrolló en su estadía en nuestra provincia donde era acompañada por su madre. Lo que sí imaginamos es que los españoles y sus hijos habrán acudido a cada reunión con alegría de poder revivir la música de su patria. Habrán festejado con cada una de sus canciones y de haberla visto por nuestro centro paseando habrán solicitado su firma. En cuanto a fotos debe haber sido muy difícil ya que las cámaras eran muy escasas y en su mayoría estaban en los estudios fotográficos. Por ello es de tanto valor la foto que ilustra esta nota porque está obtenida recién llegada a nuestras tierras.

En cuanto a sus presentaciones se decía que “su género es de los que gustan a todos los públicos, por la emoción, alegría, sentimiento y colorido de las músicas y versos que constituyen el folclore peninsular. A ello se agrega la gracia de las artista y su vestuario a tono con el regionalismo que traduce en sus interpretaciones”.

De gran nivel

Los tucumanos pudieron ver a una artista de gran nivel y una de las mejores representantes del cancionero español de aquellos años. Nuestros cronistas destacaron sus actuaciones y su profesionalismo en el escenario. “Es una artista de fuerte temperamento emotivo y de un sentido de la interpretación amplio y ajustado” para luego continuar expresando que “la interprete sólo se revela ante la fiesta de luz de los escenarios y su alma parece que vibra y crece a los sones de las músicas que evocan los anhelos, las alegrías y los dolores de todas las regiones de España”. Cabe destacar que por aquellos tiempos la península estaba inmersa en una cruenta guerra civil; al tiempo, que por estas regiones muchos inmigrantes recordaban su tierra y las canciones de Martínez traían recuerdos gratos pese al duro momento que se vivía allende los mares.

MADRE E HIJO. La cantante española se mudó a México donde creó una gran familia y uno de sus hijos es Emmanuel. MADRE E HIJO. La cantante española se mudó a México donde creó una gran familia y uno de sus hijos es Emmanuel.
Una gran “cancionista” española actuó en 1938

Para el debut en el Ideal se presentaron todos los artistas que actuaban allí, con sus trajes regionales lo que generó el aplauso cerrado del público. “Voz melodiosa, insinuante, voz penetrada de la emoción de la letra y de la melodía, voz que habló y cantó por la España de todas las épocas, optimista, gallarda y heroica, se hundió en el espíritu del público y salió luego a flor de labio la aclamación entusiasta y estalló en aplausos calurosos y sinceros”, destacaba nuestro cronista asignado a cubrir aquel debut. Luego agregaba que “´La novia del Sol, su número de presentación fue la revelación plena de su valer y la piedra fundamental del triunfo obtenido que ha de prolongarse por todo el tiempo que permanezca en Tucumán”. La crónica destacaba que los tucumanos debían aprovechar la posibilidad que se presentaba de verla ya que quizás no se volviera a repetir. Aunque podemos decir que ella regreso a nuestra provincia en 1941, pero eso será otra historia.

Teatro Maravillas

Conchita vino a Buenos Aires para actuar en el teatro Maravillas siendo “su camino fácil, llano y florido”. Ella vino junto a la gitana Carmen Amaya para compartir escenarios y espectáculos que fueron un éxito. Pero cuando Amaya fue contratada para actuar en Brasil se abrió la posibilidad de la actuación de Martínez aquí.

Conchita Martínez nació en Cádiz, al sur de España un 26 de noviembre de 1919. Desde muy joven mostró dotes para la canción española y se sumó a otras figuras de aquellos años. Giras por América y España se siguieron por largos años. Luego se trasladó a México donde también desarrolló su carrera musical.

Casamiento

Allí se casó con el torero argentino peruano Raúl “Rovira” Acha Sáenz, quien había nacido en Buenos Aires. Cabe destacar que Acha comenzó su carrera taurina en Perú para continuarla en España donde se convirtió en una figura importante de la actividad.

De esta pareja nació una figura reconocida como cantante en México y en Latinoamérica. Sin embargo sus inicios fueron como torero en Perú. Debutó en Lima en 1970 aunque una cornada le hizo cambiar de ruta y dedicarse al canto. Nació el 16 de abril de 1955 bajó el nombre Jesús Emmanuel Arturo Acha Martínez y es conocido mundialmente como Emmanuel. Todavía son recordadas sus presentaciones en los años 1990 en los programas de mayor audiencia de la televisión argentina y la realización de varias giras exitosas.

Dejando de lado su larga carrera vamos a recordar en sus propias palabras el duro momento de perder a su madre, cuando él era un niño. Conchita murió en México en 1960 debido a un cáncer de pulmón. En una entrevista relató que “No (lo sabía lo del cáncer), pero lo supe en cuanto entraron mis hermanas vestidas de negro con una televisión en la mano... estos son recuerdos que son imborrables; mi hermano Raúl y yo estábamos viendo las caricaturas en la cama de mi papá y entraron dos hermanas con mi papá y esa televisión que estaba en el hospital” y agregó que “Cuando entraron, yo los vi y dije: 'Se murió mamá'. Y se quedaron de una pieza, sin poderme decir nada y empecé a llorar. Pero yo no sabía; mi mamá estaba en el hospital... nosotros acabamos de tener una hermanita, ocho meses antes, entonces, cuando vuelve a entrar al hospital, creíamos que íbamos a tener un hermanito”.

Un duro golpe

Finalmente señaló: “Fue el primer gran golpe, doloroso, muy triste porque mamá sólo hay una; por mucho que te den cariño tus tías o tus hermanas, tú vienes de ese vientre, ese vientre te llevó nueve meses, te enseñó a comer, a caminar, te dio el pecho para que te alimentaras y creo que eso está dentro de nosotros, está en nuestro subconsciente”.

Volvamos a momentos más felices y recordemos que Conchita tuvo una temporada exitosa en nuestra provincia que llevó a que repitiera en los años siguientes su presencia en Tucumán.

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