Soplan vientos de cambios en Atlético Tucumán. Por un lado impulsados por el pobre presente deportivo, pero también por una cuestión lógica de desgaste. Hace unos días Mario Leito le aseguró a LA GACETA que este será su último mandato como presidente de Atlético y admitió que no piensa presentarse a las próximas elecciones. “Se lo prometí a mi familia, no voy a volver a presentarme. Son 16 años como presidente y 21 dentro del club”, dejó en claro el mandamás “decano”.
Los movimientos que continuaron tras esta declaración fueron evidentes y marcan la tendencia del nuevo Atlético que se podría venir institucionalmente hablando. Tras los incidentes, luego del partido contra Banfield, miembros del frente opositor al oficialismo, habían solicitado una reunión con la CD. Y, al parecer, ésta fue mejor de lo que se esperaba.
De la cúpula dirigencial sólo faltó Gabriel Alperovich. Estuvieron Leito, Ignacio Golobisky, Gonzalo Carrillo Leito, Mario Ávila y Martín García, entre otros. En tanto que por la oposición asistieron integrantes de las agrupaciones “Monumental”, “Deca Cultural” y “Grandeza Decana”.
De ese cónclave salió un mensaje unificador: Atlético necesita decisiones y soluciones pronto.
Además, en ese encuentro surgió la posibilidad de adelantar las elecciones que están previstas para junio del 2025. Si todo marcha como esperan en el oficialismo y en la oposición, los comicios podrían desarrollarse entre octubre y diciembre de este año.
De hecho, según pudo averiguar LA GACETA, la intención manifiesta dentro de la comisión directiva desde hace tiempo es adelantar el proceso eleccionario.
¿El inconveniente? Con Leito prácticamente descartado, no aparecen posibles sucesores que sean candidatos firmes a tomar el timón del club.
Si se respetara el orden jerárquico, Alperovich sería el reemplazante natural, pero habría que ver si tiene la aprobación del resto de los directivos.
Un apellido bien posicionado internamente puede ser el de Ávila o, incluso, Golobisky. ¿Y si finalmente hay unidad y no hay elecciones?
Mientras más pasa el tiempo y las reuniones (anoche hubo otra) la situación se irá aclarando.
Las próximas semanas, no serán tranquilas. La CD tiene en mente reformar el estatuto del club, algo que debería ser tratado mediante una asamblea, pero que ya tiene el visto bueno de algunas agrupaciones de la oposición. Eso sí, todavía no están definidos los puntos que se modificarían.
En tanto que la AFA presiona con el adelantamiento de las elecciones de aquellos clubes que aún no lo hicieron. Primero fue la Superliga, ahora Liga Profesional y AFA los que instan a que las elecciones sean a fin de año, para que se compatibilice el ejercicio contable con el año calendario (en consonancia con la disputa de los torneos que antes se jugaban de junio a junio). La idea es que el próximo mandato sea de diciembre de 2024 a diciembre de 2027.
Mientras tanto, en la oposición también ya se empezó a jugar su propio partido, hay agrupaciones que no se integraron a las reuniones pautadas con la comisión directiva (por ejemplo, el “Movimiento de Socios de Atlético”).
Que el oficialismo y la oposición trabajen juntos hasta las elecciones, ¿puede ser una opción viable? Hay intereses contrapuestos y mucho debate. La necesidad de reformar el estatuto viene siendo solicitado por un grupo de socios desde hace tiempo, por lo que se debe definir el día de una asamblea. Cuando finalmente se logre eso, habrá que discutir qué puntos reformarán, en medio de una crisis deportiva abrumadora y un contexto electoral que en los últimos años vienen teniendo muchas suspicacias.