El peronismo nacional sigue cada paso de sus miembros, sobre todo de aquellos que tienen responsabilidad institucional, de los que alcanzaron sus puestos mediante el voto. Desmembrado y ubicado en la oposición al Gobierno de Javier Milei, el movimiento dio en estos últimos días signos más contundentes de sobrevida. Meses después de la derrota electoral, anotó su primera victoria en el Senado (aunque tuvo el aporte de otros sectores). El rechazo al mega DNU 70/23 se festejó como un gol en los despachos justicialistas del poder. Salvo en los de la gobernación de Tucumán.
El peronista Osvaldo Jaldo sigue siendo el único gobernador alineado con las políticas de la Casa Rosada. Milei no cuenta con mandatarios electos por La Libertad Avanza (LLA) y aquellos que llegaron por sus aliados, también se rebelaron ante los distintos recortes de recursos federales. La primera afirmación de este párrafo tiene que ver con que el resultado en la Cámara Alta pone también una capa de incertidumbre sobre las incipientes conversaciones que se habían abierto entre el Ejecutivo nacional y los gobernadores con la mirada puesta en el mentado Pacto del 25 de Mayo.
Lo paradójico es que entre los 42 votos negativos se cuentan los de los dos senadores tucumanos del oficialismo provincial: Juan Manzur y Sandra Mendoza. De hecho, en los alrededores de Manzur comentan que gestionó -y aseguró- al menos otros tres votos contra el Decreto.
Manzur concretó lo que venía insinuando: que permanecerá en Unión por la Patria (UxP) y que es opositor al mileísmo.
El ex gobernador y su sucesor transitan por caminos totalmente opuestos. La situación reaviva públicamente la interna que protagonizan desde hace unos años y que tiene sus momentos. Hay momentos en los que se manifiesta en la superficie y otros, en los que transcurre de manera subterránea.
El asunto “Jaldo” no escapa al PJ nacional, ámbito en el que se repudia su accionar. Sobre todo, en el ala kirchnerista. Ya había trascendido que en la reunión de consejeros en la que se convocó al Congreso del partido para otorgar licencia en la presidencia a Alberto Fernández, Manzur, presidente del justicialismo tucumano y vice del nacional, había recibido consultas sobre qué harían con Jaldo. Los congresales, incluidos los tucumanos, se reunirán el viernes en el microestadio de Ferro, Buenos Aires. Entre los referentes locales trascendió que es esperable que algún referente de otro distrito plantee el futuro de Jaldo en el partido en esa convocatoria. Como ya se había informado en esta columna, las versiones sobre el tema son varias e incluyen extremos como una posible expulsión de Jaldo; una supuesta operación de Manzur para que se interviniera el PJ tucumano y asumir él como interventor o la posibilidad de que las autoridades nacionales veten a Jaldo el uso del sello para las listas de candidatos a diputado el año que viene.
Por lo pronto no hay nada concreto, pero viajarán más tucumanos que los previstos. Un grupo de legisladores acompañará al vicegobernador Miguel Acevedo, que es congresal. Varios referentes afines al mandatario consultaron a Jaldo qué hacer y este les dio la venia para participar. Allegados a Jaldo aseguran que no está preocupado por la cuestión porque no considera haber cometido una falta. Los peronistas que no le son afines -y que hasta aquí son disidentes silenciosos- consideran que, cuanto menos, está en falta. “Se llevó tres diputados para Milei y eso no es gratis”, masculló un referente del PJ.
Atento al runrún, Jaldo hizo una convocatoria distendida, a un asado, a los intendentes. El mensaje tenía más destinatarios que los presentes: los jefes municipales son representantes territoriales que, a su vez, tienen lazos políticos y familiares con legisladores y funcionarios.
Jaldo les explicó su posición sobre Milei. Palabras más, palabras menos les dijo que no es un capricho sino que era en beneficio de la provincia y les ratificó que no se irá del PJ. Les detalló que las finanzas se estabilizaron porque, gracias a su postura, hay consideraciones especiales en materia de fondos ¿Qué piensan los intendentes? “Lo escucharon más que le creyeron, algunos desconfían”, comentó un peronista con llegada a los jefes municipales.
También le preguntaron sobre el vínculo con Manzur ¿Qué respondió? Varias fuentes coincidieron: que no tiene nada que reprocharle, que no le pidió nada y que no obstaculiza su gestión.
Sobre el PJ, puertas adentro del jaldismo aseguran que, aunque tendrían los números para imponer a Jaldo en la presidencia, no harán ningún tipo de movimiento.
Hubo una excepción en la reunión: no estuvo la intendenta capitalina, Rossana Chahla. En el Ejecutivo consignan que la convocatoria era para los del interior. Hay un ruidito político allí. Jaldo y Chahla se mantienen comunicados, pero con distancia.
¿Peluca o peluquín?
Jaldo sellará pronto su posición en relación al Gobierno. En Diputados, cuando se toque el DNU en el recinto, los tres diputados que le responden (Agustín Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina) y que integran el bloque Independencia, votarán afirmativo. No hay certezas sobre cómo está el poroteo en la Cámara Baja, pero hay quienes creen que podría correr la misma suerte que en la Alta y, finalmente, caer.
¿Se convirtió Jaldo al mileísmo? Quienes no conocen demasiado al tranqueño dudan. De todas maneras, hasta los que siguen sus pasos se muestran sorprendidos por el camino que emprendió el gobernador.
Pero Jaldo no es precisamente libertario. En su Gobierno sostienen que apoya la gobernabilidad desde otro espacio y que actúa de acuerdo a la conveniencia para la provincia. Interpretan el quiebre del bloque de Unión por la Patria como un punto de distancia con el kirchnerismo, más que con el peronismo en sí. Por lo tanto, tampoco quería estar liderado por el bonaerense Axel Kicillof.
El mandatario repite a sus allegados que no expondrá a los tucumanos a una confrontación con la Nación en momentos en los que la ciudadanía reclama otro tipo de relaciones institucionales y que las necesidades financieras apremian. Seguirán entonces, apoyando leyes y políticas que requiera el mileísmo en la medida en la que haya reciprocidad. El límite, advierten, es que haya alguna norma que perjudique los intereses de Tucumán. Jaldo lee en encuestas y en la calle que el Gobierno nacional cuenta con apoyo y por ello también se alinea. Emprende por ello sus propias empresas de riesgo, como el anuncio de una reforma electoral, la revisión del contrato de EDET y la intervención del Ersept. Mientras, planea un nuevo peronismo en la provincia, de centro y renovado. Jaldo no se prueba la peluca de Milei, más bien teje su propio “peluquín” a medida, manteniendo su identidad pero apoyando algunas ideas de la LLA por conveniencia.