“La presencia de una mayor cantidad de ciclistas en las calles está produciendo cambios en los paisajes viales de las ciudades, los cuales se profundizan con la importancia de alcanzar una movilidad más sustentable y segura. Este cambio de movilidad ha propiciado un resurgir de la bicicleta, que se reivindica como un modo de transporte barato, ecológico y saludable, a la vez que como un elemento transformador de la trama urbana”, dice un estudio del Ministerio de Transporte de la Nación, titulado “¿Hacia una movilidad sustentable y segura?”, de 2021, que propone una mirada global y local sobre el uso de la bicicleta como modo de transporte. Esa mirada es la que propone también la asociación Metabici, que pide políticas públicas para promover el uso de la bicicleta en la ciudad y dar garantías de seguridad para los ciclistas.
El domingo pasado, los ciclistas hicieron una marcha hasta la esquina de avenida Mate de Luna y Viamonte, para colgar una bicicleta blanca y homenajear a Josefina Vizcarra, ciclista que perdió la vida en ese lugar el 17 de febrero, cuando fue atropellada. Matías Galindo, de Metabici, planteó que hace falta que las autoridades y la población consideren en primer lugar a la bicicleta como un medio de transporte más y no sólo un objeto de ocio, deporte o entretenimiento. A partir de esa consideración, deben surgir tanto políticas vinculadas a la seguridad -respeto de normas viales, de velocidad y de uso de elementos de protección, como vinculadas a la infraestructura, es decir, delimitación de lugares específicos para la circulación de bicicletas. Remarcó que en la capital ha habido conversaciones con las autoridades pero no se ha avanzado en medidas concretas, y analizó el resultado de la iniciada transformación de Yerba Buena en una ciudad con ciclovías. Advirtió, en ese sentido, que se han hecho bicisendas en calles poco usadas del interior de la “Ciudad Jardín” y que en las principales avenidas -por donde circula la mayoría de los ciclistas- no se ha planteado marcar espacios para las bicicletas.
No hay estudios sobre el uso de las bicicletas en la ciudad; Metabici los hizo de modo informal y ha detectado que, por ejemplo, en la avenida Mate de Luna circulan 100 ciclistas por hora. Lo cual debería muestra una tendencia que ha ido creciendo. La tragedia del 17 de febrero debería motivar esa reflexión y el análisis de los caminos a tomar en el futuro. En el país hay ciudades que han encarado la cuestión, como CABA -hay una red de ciclovías y bicisendas que supera los 260 kilómetros y con 5.000 espacios para estacionamiento de bicicletas- y Rosario -139 km de ciclovías y con más de 1.000 bicicleteros públicos seguros-. El referente de Metabici ha planteado que mucha gente se ha lanzado a usar la bicicleta como medio de transporte, “sin acompañamiento desde las autoridades”. Afirma que “todo esto tiene que venir acompañado de educación para los ciclistas porque muchos ahora están agarrando la bicicleta y no tienen ni idea cómo usarla dentro de la ciudad, cómo prevenir ciertas situaciones que son peligrosas. O sea hay responsabilidad de los dos lados; del ciclista para andar por el lugar que corresponde y del que maneja un vehículo de tener la precaución de saber que los ciclistas tenemos derecho a ir por la calle y tener conciencia de que están manejando un vehículo que pesa más de una tonelada y que es potencialmente muy peligroso para peatones y ciclistas”. El estudio nacional, en este sentido, señala que se debe tender a programas de infraestructura y a promover que los ciclistas se asuman como un actor más dentro del entramado vial y respeten las normas, en pos de avanzar hacia una movilidad sustentable y segura.