La provincia tiene paralizadas, por falta de fondos nacionales, varias obras que considera prioritarias: el nuevo complejo penitenciario de Benjamín Paz, el acueducto Vipos; la ejecución de un masterplan de Agua y Saneamiento, viviendas a través del plan Procrear y del Programa Casa Propia, la alcaidía de Delfín Gallo, la urbanización de Los Vázquez, la doble Terna de energía Bracho - Villa Quinteros, obras de vialidad en la ruta 329 y en la 307 y las filtraciones en la presa de El Cadillal. En la reunión de gobernadores del Norte Grande en Salta con el ministro del Interior de la Nación, se pidió que se liberen fondos para concluir los proyectos de infraestructura financiados con fondos nacionales que se encuentran con un avance de entre el 70% y 80%, pero aunque esto tendría el compromiso del ministro, el Ejecutivo de la Nación habría dejado saber que hasta que no haya superávit fiscal y un dígito de inflación no realizará desembolsos importantes para las provincias.
Los gobernadores declararon que hay “señales auspiciosas” en un contexto de políticas de ajustes, pero no se ve nada concreto. El gobernador de Tucumán, que destacó que la jornada de trabajo con sus pares del NOA ha sido significativa, y que valora que se pueda tener diálogo con la Nación, ha advertido que se debe poner el foco en los desafíos comunes en la región y que en ese marco “es necesario unir esfuerzos y coordinar acciones”. Ha destacado la falta de transferencia de recursos de parte de la Nación.
Tucumán está en una encrucijada, puesto que depende en gran medida de la Casa Rosada para llevar a cabo las obras.
Ya la provincia, que desde antes de que asumiera el nuevo gobierno nacional había comenzado un proceso de ajuste, se ha hecho cargo de varios de los vacíos generados por la decisión nacional de no enviar fondos o cambiar programas nacionales de ayuda.
Se está en una situación ambigua. Por un lado los mandatarios deben hacer esfuerzos para dialogar con la Nación, que en función de la crisis ha congelado las partidas y se encuentra en medio de una tensa negociación para que se aprueben en el Congreso los proyectos que considera claves para encarar la administración y el funcionamiento del país. Por otro lado no saben si esta paralización de obras ya comenzadas derivará en incumplimientos que tengan otra resolución más allá de las negociaciones políticas, o bien detonen conflictos.
Lo que está claro es que se van generando problemas que habrán de agravarse en el futuro, y que la Nación han puesto todo por detrás de sus objetivos de alcanzar superávit fiscal, y baja inflación, los cuales son inobjetables en su esencia, aunque se deben estudiar los daños colaterales y establecer cuánto afectará eso a las provincias.
La estrategia planteada por el gobernador tucumano, de unir esfuerzos como región, parece un camino interesante a explorar y profundizar, en busca de que se obtengan cuanto antes resultados. La crisis es demasiado dura como para esperar que pase el tiempo.