Atlético Tucumán: estuvo a punto... pero sigue sin ganar en la Copa de la Liga

El "decano" hizo mejor las cosas, pero el "rojo" se lo empató de forma agónica.

Fotos Matías Nápoli Escalero (especial para La Gaceta) Fotos Matías Nápoli Escalero (especial para La Gaceta)

Increíble lo que dejó escapar Atlético Tucumán. Tenía la victoria en el bolsillo, el segundo gol estaba al caer, Independiente era un manojo de nervios, las tribunas estaban que explotaban, y en una jugada perdió mucho, pese a que en realidad empató: cantar victoria al fin en Copa de la Liga, abandonar el último lugar de la tabla de la Zona A y de paso estirar la paternidad sobre el “rojo”.

La jugada de la postrera igualdad del conjunto de Carlos Tevez resultó cinematográfica. Se cumplió la ley del ex, aunque no en sentido estricto. A los 89 minutos y en una pierna, Ignacio Maestro Puch cabeceó un córner entre tres rivales y asistió para el “segundo cabezazo en el área es gol”, en este caso de autoría de Mauricio Isla, que apareció en soledad absoluta.

Atlético Tucumán: estuvo a punto... pero sigue sin ganar en la Copa de la Liga

“Dejamos escapar un triunfo que teníamos al alcance de la mano, como ya nos había sucedido en algún otro partido”, reflexionó el director técnico Facundo Sava en conferencia de prensa.

Hasta esa jugada “maldita”, todo hacía prever una nueva alegría del “decano” ante el “rojo”. Por lo visto no sorprendía que Atlético estuviera al borde de llevarse su primer triunfo en el certamen en el estadio Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini, ante un equipo en crisis.

Destrabado y revitalizado tras su triunfo con goleada sobre Defensores de Belgrano en Copa Argentina, la visita hizo un gran partido en la tarde-noche de Avellaneda. Básicamente, porque plasmó a la perfección el plan pergeñado por su entrenador, al menos hasta esa jugada de pelota parada en que los “decanos” perdieron las marcas.

Atlético Tucumán: estuvo a punto... pero sigue sin ganar en la Copa de la Liga

Orden, disciplina, presión en el medio para recuperar la pelota y salir rápido, ensanchando por las bandas y finalizando por el centro, esa fue la receta que aplicó con éxito Atlético en Avellaneda.

Cuando poco y nada había ocurrido en el partido en más de media hora, el estadio enmudeció con la jugada iniciada y concluida por Mateo Bajamich, que incluyó apertura para Juan Infante, el centro del lateral, la pifia increíble de Marcelo Estigarribia, y finalmente el oportunismo goleador del extremo.

La desventaja conmovió a un Independiente que apenas si había probado al arco. Claro que el equipo de “Carlitos” se contagió del nerviosismo de sus hinchas, que ya en la jugada que siguió al gol de Bajamich cantaron el famoso “movete, dejá de joder”. Se sabe, en estas épocas de vacas flacas, a Independiente le cuesta jugar en casa.

En contraposición, a su juego llamaron a un Atlético sereno, que aguantó las embestidas del “rojo”. Cuando el local logró perforar la  muralla del “deca”, sobre todo en jugadas con pelota parada, apareció José Devecchi para negarle el empate a Alex Luna y a Gabriel Ávalos.

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El delantero paraguayo terminó siendo el primer cambio de un Tevez que por momentos lució desconcertado al costado de la raya de cal, de brazos cruzados y muy poco activo.

Sin mucha historia, el partido se iba muriendo. Los cambios no le resultaron demasiado al “Apache” y a medida que pasaban los minutos, siempre pareció estar más cerca Atlético de ampliar la ventaja que Independiente de nivelar.

Renzo Tesuri y Nicolás Servetto, estuvieron muy cerquita de gritar el segundo. Es cierto, también lo estuvo Maestro Puch, quien erró un gol de manera increíble y para peor se lesionó en la jugada dejando a su equipo unos minutos con 10. Como Tevez ya había consumado los cinco cambios, mandó de nuevo a la cancha al ex rugbier. Y lo demás ya es sabido.

El empate dejó a Independiente obligado a ganar los dos partidos que quedan de la fase regular y esperar por otros resultados para entrar a los playoffs. Pese a la agónica igualdad, el público chifló al final. Durante el complemento, había cantado contra jugadores y dirigentes.

El “deca”, de buen nivel en todas sus líneas, se aprestaba a volver a Tucumán con una sonrisa gigante. Pero los partidos duran noventa y pico de minutos.

“Nos vamos un poco desilusionados, con bronca por no habernos llevado el resultado que pretendíamos”, reconoció Sava, conforme pese a todo: “No se nos está dando, pero vamos por buen camino”.

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