Luces y sombras del uso urbano de la bicicleta

12 Abril 2024

El diferente uso que se da de las bicisendas en Tafí Viejo y en Yerba Buena abre un espacio de reflexión sobre las políticas que se deben implementar, ya sea para afianzar el uso de este medio de transporte como para planear y programar la infraestructura urbana necesaria. Bien señala un estudio reciente de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) que la bicicleta ha demostrado ser una de las mejores opciones un ambiente sano y amigable, que aporte al desarrollo sostenible y que mejore el uso y apreciación del espacio público por parte de los ciudadanos.

Pero hacer realidad estas expresiones es más complejo. De hecho, hace algunas semanas, el jefe de Gobierno porteño anunció que se está analizando la posibilidad de eliminar algunas bicisendas en Buenos Aires, precisamente una de las ciudades que mejor han adaptado en el país las ciclovías, porque  algunas de ellas -informaron fuentes del Gobierno- se hicieron sin planificación, no cumplen con las reglas básicas y no se utilizan.

En nuestro medio, Tafí Viejo tiene alrededor de tres kilómetros de ciclovía, desde la Hostería Atahualpa Yupanqui hasta calle Alsina, atravesando la avenida Leandro Alem; Yerba Buena las habilitó en calles Reconquista, Roca, Perú, Sarmiento, Las Rosas y Anzorena, entre otras. Pero se ha dado la circunstancia de que en Tafí Viejo la renovada bicisenda en avenida Alem se utiliza con asiduidad por niños, adolescentes y abuelos, además de los bikers. Sin embargo, la del camino a la Hostería está casi abandonada y los vecinos destacan que su estructura genera peligro de golpes para los ciclistas y además mucha gente las usa para caminar. En Yerba  Buena, hay zonas que no son utilizadas por los ciclistas y además, por la crítica falta de veredas en la “Ciudad Jardín”, son utilizadas por transeúntes. Los ciclistas, además, dicen  que han pedido que se construyan bicisendas en las avenidas de este a oeste y no han sido escuchados, pese a que en Yerba  buena se está llevando a cabo un plan de ampliar la red de ciclovías urbanas. Un referente de Metabici reclama que no se ha hecho un estudio serio. “Nosotros fuimos consultados, allá en 2017-2018 y planteamos algo que sostenemos: hay que estudiar al usuario que tenés en la ciudad y cuál es el tipo de ciclismo que querés promover”. La ANSV recomienda continuar el desarrollo de una mayor cantidad de kilómetros de ciclovías en ciudades donde ya existen o evaluar la posibilidad de incorporarlas en aquellas donde aún no se desarrollaron; reparar la infraestructura ya existente que se encuentre en malas condiciones; construir estacionamientos que brinden seguridad para su guardado en la vía pública o facilitar estacionamiento en lugares de trabajo, escuelas, clubes y proveer alumbrado adecuado sobre ciclovías durante la noche, entre otras medidas.

El referente de Metabici sugiere que  las bicisendas vayan acompañadas de un plan integral de transporte, en el que los funcionarios analicen los pros y los contras de implementar una política completa al respecto.  “Está estudiado en muchas partes del mundo que, cuando se les da lugar a los peatones, a los ciclistas, a la movilidad activa, cuando se genera un espacio más confortable, cuando la gente se ha acostumbrado a esa nueva situación no quiere volver atrás”, dice. La ANSV afirma que hay que integrar a los ciclistas como actores en el tránsito, lo cual les va a dar seguridad. “La movilidad sustentable tiende a minimizar el impacto que tienen los transportes motorizados sobre el ambiente... busca aumentar los espacios públicos donde el transporte vehicular minimice la ocupación de superficie y ceda paso a la movilidad no motorizada”, concluye la ANSV.

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