Hockey+: el emocionante proyecto que diseñó Tucumán Rugby

El "verdinegro", en su bloque Arco Iris, formó a 25 jugadoras con capacidades diferentes, que jugarán todos los sábados dentro de la programación del torneo local.

INCLUSIÓN. Tucumán Rugby lleva cuatro años formando un proyecto de hockey inclusivo. INCLUSIÓN. Tucumán Rugby lleva cuatro años formando un proyecto de hockey inclusivo. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO
14 Mayo 2024

“El gol fue de dribling, pase y gol. La ‘Jose’ fue la facilitadora que me ayudó”, contó con emoción en sus ojos Milagros Martínez Devoto, la jugadora que acababa de participar en el primer partido de hockey inclusivo de la provincia. Su mamá, Solange Devoto, contenía las lágrimas para poder hablar. “No esperaba que un día como el de hoy llegara". "Yo también estoy emocionada”, contó sonriendo “Milu”, la autora de uno de los dos goles del empate entre los dos bloques de Arco Iris. 

No es una contradicción pero el equipo lleva ese nombre porque se quedaron sin colores. Tucumán Rugby tiene varios bloques que juegan en los torneos locales. Para diferenciarlos, utilizaban los colores del escudo del club (ahora lo hacen con letras): verde, negro y blanco. “Llegamos a ponerle ‘verdinegro’ a un equipo”, reveló Giovanna Cristofaro. “Entonces pensamos, ¿cómo hacemos para incluir todos los colores? ¡Qué mejor que el arco iris! Y sobre todo porque se genera desde una tormenta, un momento feo quizás, y después hay una gama de colores maravillosos que nos da tantas posibilidades a todos”, detalló la entrenadora.  

La cancha de Tucumán Rugby fue el lugar en donde se empezó a escribir una historia que padres como Solange no se imaginaban. Su hija tiene síndrome de down y hace algunos años los “no podrá” eran más que los “si podrá”.

“A todos nos pasó que el día que supimos que nuestro hijo tenía síndrome de down, o cualquier otra discapacidad, fue una sorpresa y tuvimos que aprender sobre el camino”, recordó Devoto, que también es jugadora de la segunda división “verdinegra”, y sigue aprendiendo porque junto a otros integrantes del staff del club logró que Arco Iris forme parte de la programación oficial de la Asociación Tucumana de Hockey (ATAH). Ahora, todos los sábados el equipo de hockey inclusivo jugará 15 minutos después del partido de séptima división.

Nada fue improvisado en el grupo gestado en la cantera de Tucumán Rugby. Arco Iris se entrena una vez por semana desde hace dos años y, si no hubiese sido por la pandemia, la meta que se concretó este año se hubiese logrado antes. No cabe duda de que la demora fue obligada, cuando Cristofaro cuenta sobre el trabajo realizado. “Ya no alcanzaba con sólo entrenar. También hacia falta jugar como el resto de los equipos del club”, explicó la coordinadora del grupo. A fines del año pasado, el pedido empezó a escucharse desde el club de Marcos Paz y en abril la carta formal ingresó a la ATAH. Así, la mañana del sábado 11 de mayo de 2024, fue histórica para Arco Iris.

Además, a “Milu” le quedó en claro que lo que se viene implicará más esfuerzo. Arco Iris deberá cumplir con la programación y la idea es que el hockey inclusivo pueda tener un torneo propio. “Me encantaría jugarlo”, reconoció la delantera. Claro, para eso falta; pero ya es consciente de que probablemente no alcanzará con entrenar sólo los viernes.

Hockey+: el emocionante proyecto que diseñó Tucumán Rugby LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

Ahí entrará el trabajo que pueda aportar Juan Cancino, el preparador físico del equipo, que está encantado. Lo que aprendió durante la carrera de Educación Física se pone en práctica en cada entrenamiento. Cancino destaca los conocimientos que adquirió en la materia de educación física adaptada, pero pone de manifiesto lo empírico que le deja cada práctica. “A veces te encontrás con una realidad totalmente distinta a la que está en los libros”, indicó. La discapacidad, si bien esta cada vez más contemplada en todos los ámbitos de la sociedad, los casos inéditos como el de Arco Iris vienen a incorporar nuevos parámetros en el área. No es que la teoría actual no sea útil, pero evidentemente hay mucho más por teorizar; por aprender, como le pasó a mamá Solange con “Milu”, o por incluir como institucionalmente hizo Tucumán Rugby.

La finalidad es que los deportistas con capacidades diferentes alcancen el máximo rendimiento, tal como lo hacen las otras divisiones o integrantes del mundo “verdinegro”. Esa búsqueda de excelencia sedujo a Margareth Keay para volver a vincularse con el hockey. La ex jugadora de 76 años notó que en la actualidad lo que sabe de juego puede aplicarse con más pericia que antes. “Me daba contra una pared. Yo enseñaba a nadar y tuve dos chicos con síndrome de down. No sabía cómo hacer, no tenía armas; no sabía de qué se trataba. En cambio ahora hay más difusión, hay una inclusión importante”, destacó.

Lo mismo siente Pilar Jorrat, otra de las entrenadoras de Arco Iris. Ella tiene una doble visión. “Lo veo como entrenadora y como familiar de una persona con discapacidad”, desdobla su discurso la futura mamá, que por su condición no formó parte del partido. Habla de su hermana Victoria de 20 años: “Ella tiene síndrome de down y fue parte de las seis que iniciaron Arco Iris. Ama venir a jugar”, celebró la entrenadora. Jorrat lleva varios años en el club y fue testigo de cuando su hermana practicaba con las jugadoras de las divisiones formativas. “No se ‘enganchaba’. Ella encontró su espacio y se siente protagonista en el club. Eso no tiene precio”, destacó.

Para este sábado Arco Iris ya recibió la invitación de Natación y Gimnasia. Las “verdinegras” tienen como objetivo desplegar todo su potencial en el estadio más moderno del hockey tucumano. Eso en lo inmediato, pero lo que más energía se está llevando es lo que quieren hacer en noviembre. “Tenemos que empezar ya”, fue taxativa Fernanda Medina. Ella viene a ser la mánager del equipo, y se mueve para mantener y sumar patrocinadores. “Arco Iris está también incluido entre los sponsors, como los equipos de rugby y de hockey”, agregó. En unos meses, la idea es participar de un encuentro fuera de la provincia. “Hay que empezar a trabajar desde ahora porque cada jugadora tiene que viajar acompañada”, comentó.

El staff de un equipo de hockey inclusivo es más grande que uno convencional, y eso conlleva una inversión económica importante a costear.  “Cuando hablamos de equipos con jugadores discapacitados, hay que tener en cuenta que tienen otras terapias que son muy costosas. Por eso es fundamental el apoyo de los sponsors para poder participar en los encuentros nacionales”, pidió la entrenadora que estimó que la delegación llegaría a 60 personas. 

La importancia de los deportes inclusivos 

Mercedes Jantus tiene bien claro lo que Arco Iris, o con más precisión el deporte en sí, le genera. “Me hace bien a mi cuerpo. Necesitamos hacer ejercicios para ser capaces de disfrutar”, reflexionó la jugadora. Más allá del beneficio físico, el aporte de jugar al hockey inclusivo viene también por el lado de la sociabilización. “Hace que los chicos pierdan el temor de venir a un club donde hay mucha gente. Las personas que tienen una discapacidad intelectual suelen ser más retraídas, entonces que vengan a compartir con chicas de otras divisiones y que estén los padres, es un aporte importantísimo para su desarrollo personal”, afirmó Javier.

El papá de Mercedes va haciendo espacio en su agenda porque la actividad de Arco Iris aumentará y la jugadora no quiere perderse nada. “Me encanta que vayamos a jugar un torneo. Me encantaría entrenar más de un día”, se entusiasmó la estudiante de Educación Ambiental. “Elegí esa carrera para cambiar al mundo”, respondió la delantera cuando se le preguntó el por qué de su elección de estudio. 

¿Cuáles son las reglas del hockey+? 

No hay nada escrito sobre el hockey inclusivo. El formato de juego lo diseñaron desde Arco Iris. Para el grupo, la denominación es Hockey+ (el signo se lee más) y se refiere al hockey sobre césped adaptado para todo equipo conformado por jugadores con discapacidades motrices o cognitivas. La adaptación que propone el reglamento de Arco Iris es por demás interesante debido a la creación de la figura de “facilitador”. El rol lo cumplirán los entrenadores de los equipos o jugadores de séptima división. Quienes usen silla de ruedas pueden ingresar con alguien que los impulse. En la primera experiencia que se hizo, ya se van tomando notas para perfeccionar las reglas de manera que el juego sea lo más fluido posible. La principal misión que tiene el facilitador en la cancha es que la bocha no se detenga. El partido debut del hockey inclusivo en el calendario fue entretenido y hasta que se formen más equipos, serán las jugadoras de séptima división las que acompañarán a las deportistas. El primer partido terminó 1-1 con los goles de Milagros Martínez Devoto para el equipo “B” y María Fernanda Almaraz del “A”. 

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