Revocan el arresto domiciliario de dos condenados por abuso

Los penados a 10 años de prisión habrían recibido visitas y hasta organizado un festejo.

EL LUGAR. Los penados estaban un departamento de Barrio Norte. EL LUGAR. Los penados estaban un departamento de Barrio Norte.

La audiencia que duró cinco horas tuvo de todo. Lágrimas, enojo, cuestionamientos y hasta una sorpresiva presencia policía. El debate tuvo un final polémico. Una jueza resolvió revocar el arresto domiciliario a dos jóvenes que habían sido condenados por abuso sexual porque sumó indicios de que no lo estaban cumpliendo.

Este no es un caso más, sino un expediente en el que justamente sobraron las aristas polémicas. En agosto de 2022, M.R estaba en una fiesta de Yerba Buena e invitó a su compañero de facultad Álvaro Herrera a su casa. El joven se dirigió hasta ese lugar acompañado por su hermano Ignacio.

Según la investigación cerrada por el fiscal Mariano Fernández, la joven hizo a pasar a los acusados para que tomaran agua mientras ella subía a cambiarse, pero, al notar que no había otra persona en la vivienda, los señalados aprovecharon para subir sin permiso las escaleras y mediante la fuerza abusaron de ella, provocándole lesiones en varias partes del cuerpo y secuelas psicológicas que persisten hasta hoy.

El juicio

El mes pasado se desarrolló el debate del caso. El auxiliar fiscal Pablo González mantuvo la acusación del Ministerio Público por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por graves daños a la salud mental y por haber sido cometido por dos personas, y solicitó la pena de 15 años. Amancio Petray, que representaba a la querella, adhirió al planteo. En tanto que el defensor Alejandro Turbay pidió que fueran absueltos.

Finalmente, el juez Guillermo di Lella terminó condenándolos a 10 años de prisión por el primero de los dos ilícitos, ya que consideró que en el debate no habían quedado probados los daños psicológicos que habría sufrido la víctima.

El magistrado, al no haberlo pedido el MPF, rechazó el planteo de la querella para que se les dicte la prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme. Turbay, además de impugnar el fallo, dijo que los jóvenes permanecerían encerrados en un departamento de Monteagudo al 800.

El escándalo

El martes se debía tratar en otra audiencia la prórroga del arresto domiciliario que les habían otorgado a los penados. El querellante aprovechó la oportunidad de que tenían información de que los jóvenes no sólo podrían haber salido del lugar, sino que presentaron pruebas para demostrar que recibían todo tipo de visitas y uno de ellos hasta había festejado su cumpleaños junto a un grupo de personas. También aportó la información de que, por faltantes, no tenían pulseras de seguimiento puestas ni la Policía estaba haciendo las rondas periódicas.

La jueza Carolina Ballestero, antes de tomar una decisión, consultó el expediente y confirmó que un funcionario policial había informado que en algunas oportunidades habían concurrido al lugar y que no pudieron cumplir con su tarea porque no estaba el portero para que les abriera la puerta de ingreso al edificio y, cuando golpeaban la puerta del departamento, no eran atendidos. Álvaro Herrera habría reconocido que hicieron un festejo por su cumpleaños, que eran visitados por sus novias y distintas personas les hacían las compras.

Antes de que diera a conocer su decisión, la jueza convocó al jefe de la guardia de tribunales para pedirle que enviara a dos efectivos al edificio. Minutos después revocó el arresto domiciliario. El martes por la tarde, los condenados fueron enviados al calabozo de la comisaría de Yerba Buena.

“La verdad es que el fallo fue perfecto y hasta ejemplificador. Lo dijo a la jueza que le parecía increíble que envíen a la cárcel por delitos menores y que personas que recibieron una pena dura se les otorgue el arresto domiciliario. Hago mías sus palabras: ‘esta es la Justicia que nadie quiere’”, explicó Petray. LA GACETA intentó en vano comunicarse con Turbay para que diera a conocer su opinión sobre el fallo.

La víctima habló durante y después de la audiencia. “Por primera vez en casi dos años sentí que una jueza me defendió. Fue la primera vez que les pusieron un freno después de casi dos años. Durante todo este tiempo nunca estuvieron privados de su libertad, ni siquiera ahora que les otorgaron el arresto domiciliario”, finalizó.

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