Analizando lo ocurrido estos últimos días, recordando situaciones similares anteriores, no puedo menos que sentir una profunda desazón .¿Por qué destruyen lo que muchos contribuimos a levantar? ¿Por qué de nuevo la barbarie, el caos, el odio? Elegimos un presidente, elegimos a todos los que se sientan en el Congreso de la Nación. Somos sus representados. O sea, si cumplen con su juramento, el 56% de los congresales tendrían que estar acatando la voluntad de quienes los sentaron en esas bancas. ¿Qué pasa que así no ocurre? Los intereses partidarios no pueden ser superiores a los intereses de los votantes. No estoy poniéndome del lado del presidente, sino del pueblo que lo eligió y que quiere que gobierne y cumpla todo lo que fue planteando desde su postulación. Eso es lo que pasa en una democracia madura. El que gana gobierna; el que pierde acompaña. No sale a mostrar que sangra la herida, no rompe, no golpea. Lamentablemente nuestra historia nos muestra que nunca ocurre así por estos lares. Acompañen, y si dentro de tres años y medio continúa deseando estar en el poder, habrá votaciones y la oportunidad de victoria... o no. Pero mientras tanto, ayuden a construir el país que necesitamos. El costo que deberían pagar por todo lo destruido y por los gastos de movilizar las fuerzas de seguridad para mantener el orden, puede ser igual a dos o tres escuelas nuevas, a un hospital, a alcaldías dignas... ¡A tantas cosas! Un país muy rico con gente que no puede, que no llega. ¿Se le está dando a este gobierno la posibilidad de cambiar este mal que lleva años, y que empeora? Y que ya estamos anoticiados que no debería haber sucedido. Que unos argentinos que no aman al país sino a sus bolsillos, a su poder...se aprovecharon y usufructuaron con lo que debería haber sido realmente un paliativo, un importante paliativo al hambre del pueblo .Señores congresales, atiendan a los que sus votantes le confiaron. Sepan responder con honestidad al grito que pide cambios Al llanto que brota de nuestra patria porque la destrozamos y la volvemos a destrozar y cada vez que sucede, esas lágrimas nos conmueven menos. Están en el Congreso por algo. ¡Sepan estar a la altura de las circunstancias! No se vendan. Si saltan de un lado al otro del ring, no están realmente entendiendo la gravedad actual de un querido país que amenaza con caerse del mapa.
María Estela López Chehín
24 de Septiembre 1.431
Concepción