Desde hace tiempo la ciudad de Alberdi padece el problema de los desbordes de líquidos cloacales. La emergencia, que se había planteado de modo dramático poco antes del verano pasado, vuelve como preocupación central de vecinos y comerciantes, dado que varios sectores del microcentro están inundados y la atmósfera se vuelve irrespirable. La semana pasada los comerciantes de Lídoro Quinteros al 400 protagonizaron una protesta, porque la arteria estaba inundada desde hacía varios días pese a los reclamos de solución. “Cada vez que salimos a protestar los operarios vienen, desobstruyen la cañería rápido y se van. Pero no regresan a cambiar la cañería, que es lo que se necesita”, dijo un vecino.
El municipio tiene un sistema que data de cuando la población no superaba las 15.000 personas y ahora alcanza las 34.000. “Este es un drama que viene desde hace tiempo y que se complica no sólo por la saturación de la red, a causa de las cañerías angostas y que deben ser cambiadas, sino también porque la SAT no dispone de la infraestructura adecuada para desobstruir los sectores donde deja de circular el líquido. Tampoco realiza las tareas de mantenimiento necesarias. Si apenas cuenta con una camioneta”, sostuvo en diciembre un comerciante.
El intendente explicó entonces que se estaba haciendo con la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) el recambio de las cañerías de hormigón comprimido de 110 mm por las de PVC de 160 mm y aseguró que el 70% de la antigua red ya fue reemplazada, aunque falta construir nuevos colectores. Precisamente falta en esa calle del microcentro que se encuentra inundada. El encargado de la SAT en Alberdi explicó que la crisis sanitaria es producto del reducido diámetro de los colectores frente a la cantidad de líquido que trasladan; agregó que la cañería de hormigón comprimido es muy vieja y se satura con facilidad y advirtió que primero hay que abordar el tema de los colectores para garantizar el escurrimiento de los desechos.
Para ello hay dos salidas. Una es concluir las obras proyectadas, para lo cual se gestionan fondos nacionales, pero durante todo este año esa cuestión ha quedado congelada en función de la política de crisis de la Nación. Otra es realizar tareas de desobstrucción con un camión específico que es utilizado en otras localidades, como Concepción y Aguilares. En diciembre se prometió que se iba a aportar el vehículo para Alberdi pero ahora, según se informó, está roto.
Muchos vecinos han comenzado a construir pozos ciegos ante la emergencia de las cloacas. En el barrio Escaba, aunque se reemplazó la antigua cañería, los inconvenientes de desbordes de líquidos ocurren por obstrucciones en la red que impactan en todo el sistema. El intendente dijo que está elaborado un proyecto para la instalación de una planta de procesamiento de líquidos cloacales, pero esta idea es tan lejana como la de la conclusión de las nuevas cañerías, ya que depende de fondos nacionales o internacionales. Al respecto, cabe la observación de que esta planta debería haber estado contemplada como obra necesariamente complementaria cuando se hizo la renovación de las viejas cañerías, de modo que los trabajos se hicieran en forma conjunta. En este sentido, habría faltado previsión.
Convendría atender con urgencia la crisis sanitaria. En diciembre se aplicó un operativo “Ciudad seca” entre la Municipalidad y la SAT. Llevaron seis camiones desobstructores, siete cuadrillas para tratar las pérdidas de agua y 100 operarios. “El objetivo es el bien común de la gente, que puedan tener una ciudad sana”, dijo entonces el jefe comunal. Habría que estudiar qué no se hizo bien y qué más se puede hacer para enfrentar la emergencia, mientras se esperan las medidas de fondo, que dependen de recursos nacionales.