El Sr. Saade entendió equivocadamente mi contestación. Incluso me comparó con Caifás, cosa que me causó gracia. Pretende menospreciar por una inclinación partidaria tanto a mí como al Sr. Guardia Bosñak. Dice que yo no tengo visión cristiana. Le recuerdo el contexto político en que fue crucificado Jesús; su consigna era ser justos, libres y soberanos, consignas peligrosas para el Imperio Romano. En ese aspecto alego que Jesús era un revolucionario. Le informo, señor, que soy creyente bautizada e hice la comunión y celebro que las Iglesias comiencen a ocupar el lugar vacío que deja la oposición y los sacerdotes reemplacen a dirigentes ausentes. Que reencarne el Cristo Obrero que está con los humildes y necesitados. Un palestino, seguramente de piel morena, que predicaba el amor al prójimo y que combatía la usura. “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia luchando junto a los pobres por su liberación”, decía el padre Carlos Mugica. Y doy por terminada esta discusión. Pretendí que sea constructiva pero veo que es una mera conversación de sordos y no la mía. Agradecida al diario LA GACETA por este espacio.
Marcela Inés Rodríguez