Unir fútbol y cuidado del medio ambiente es posible

Hay acciones que generan reacciones. O al menos, deberían. Sin dudas que la iniciativa que se lleva adelante en la escuelita de fútbol “La Esperanza”, de Ranchillos es una de esas que, a partir de su visibilización, bien pueden ser tomadas como ejemplos para ser imitados. En esencia, los niños que asisten para conocer los fundamentos del deporte más popular juntan residuos reciclables para poder pagar sus clases.

Esta práctica, vista de manera general y más allá de perseguir un fin económico puntual, resulta un excelente ejemplo de concientización sobre el cuidado del medio ambiente. Además, los pequeños están generando un cambio de mentalidad entre los adultos, instándolos a cumplir un rol fundamental en la tarea.

Lo que está sucediendo en Ranchillos con los niños futbolistas no es un hecho aislado en la provincia. Se sabe cómo numerosas instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales, organismos públicos y grupos particulares que propenden al bien público realizan tareas similares.

Admitir no obstante que con estos esfuerzos no se logra una concientización completa forma parte de la realidad. En ese sentido, queda mucho camino por recorrer y muchas tareas por hacer. De todos modos, lo importante es que haya quienes no se queden con los brazos cruzados, esperando que sean otros los que se activen en el cuidado medioambiental.

La escuelita de fútbol ranchilleña llamada “La Esperanza” brinda un ejemplo sobre cómo poner en valor a pilares importantes en esta problemática. Así, el reciclaje y el cuidado ambiental cobran impulso. Y lo hacen bajo un curioso, ingenioso y efectivo método, replicado por Sebastián Méndez de una fundación de Colombia que promovía este sistema de pago con residuos sólidos. De esta manera, los niños pueden abonar las cuotas con residuos reciclables tales como botellas, cajas, tapitas y cartones.

Al material se lo somete a tres pasos. Primero se hace la separación de todos los residuos en las casas. Después, se los pasa a buscar y finalmente se lo traslada a bolsones en un ecopunto que también está en Ranchillos. Y si el caudal de residuos es grande, es trasladado al Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico de Tafí Viejo) para que sea molido, triturado y posteriormente reutilizado.

Este equipo ecológico ranchilleño promueve de esta manera una filosofía de vida responsable, haciendo centro en la enseñanza del reciclaje junto con el fútbol. Incluso, ha logrado sumar a muchos pobladores para que le dé una mano con esta movida. Así, está en curso un lento pero creciente cambio de mentalidad.

Lo que Méndez tiene en mente, que es extender su propuesta a toda la provincia, invita a un acompañamiento todavía más fino. Imitar lo que se está haciendo en Ranchillos le extiende una mano inestimable a la salud ambiental. Y si además de ello se puede sacar provecho de esta situación fogueando una economía circular que ayude a clubes de barrio a solventar las actividades de chicos y grandes, la idea habrá cumplido con creces su misión.

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