Flores encontró lo que buscaba desde hace tiempo en San Martín de Tucumán

Luego de la derrota en Caballito, el entrenador cambió el esquema y el equipo la imagen. Ahora venció a Talleres exhibiendo pasajes de esa "nueva" idea.

GOL CLAVE. Gustavo Abregú marcó el segundo gol en su carrera y valió tres puntos para San Martín, que sigue líder en la zona A de la Primera Nacional. GOL CLAVE. Gustavo Abregú marcó el segundo gol en su carrera y valió tres puntos para San Martín, que sigue líder en la zona A de la Primera Nacional. LA GACETA / Diego Aráoz

Luego del tropezón (y caída) en Caballito contra Ferro, Diego Flores parece haber encontrado el equipo “ideal” de San Martín; por lo menos en cuando a funcionamiento.

Con la salida (obligada por lesión) de Pablo Hernández, el entrenador debió generar un nuevo plan de juego para suplir esa ausencia y dio con la sociedad conformada por Matías García y Gustavo Abregú, comenzó a entregarle buenos dividendos.

A partir del duelo contra San Miguel, el DT dejó de lado el 4-3-3 que utilizó durante gran parte de la temporada (también usó el 5-2-3), para darle rodaje a un 4-2-3-1 que le permitió al equipo mostrar los mejores pasajes de fútbol en lo que va del torneo.

Con el doble pivot, Flores “liberó” de la tarea defensiva a Lautaro Fedele, Juan Cuevas y “Caco” García. Y partir de ese momento el trío comenzó a generar juego en tres cuarto de cancha, algo que se le había recriminado al “santo” durante buena parte de esta temporada.

La mejor producción se vio en cancha de Quilmes hace una semana; no obstante en esta oportunidad, por momentos, también exhibió destellos de ese juego, aunque ahora lo hizo con algo de intermitencia.

El gol de Abregú, en esta ocasión, “planchó” al dueño casa. Hasta ese momento San Martín parecía que iba a llevárselo por delante a Talleres. Manejaba la pelota, los tiempos del partido, y las veces que había acelerado de mitad de cancha hacia adelante había generado cierta zozobra sobre el arco de Damián Tello.

Pero a partir de que el volante central marcó el 1-0 con ese remate rasante y esquinado a la salida de un tiro de esquina, el “santo” bajó un cambio. Por momentos le cedió el balón a su rival, se replegó e intentó apostar a la contra.

Con la incorporación de “Caco”, San Martín ganó en varios aspectos. El ex Belgrano es lúcido para jugar; sabe cuándo acelerar y cuándo es el momento de poner la pelota bajo la suela. Y también es un arma que el equipo puede explotar jugando al contragolpe.

Sin embargo, esta vez fallaron algunas sintonías que impidieron que el equipo pudiera capitalizar algunas replicas para sentenciar el resultado; sobre todo en el final del primer tiempo.

Otro movimiento que le da buena “salud” al “santo” en el último tiempo es la rotación casi constante entre Cuevas y “Caco”. Cuando uno juega por el centro, el otro se tira sobre la banda (y viceversa) y ese enroque muchas veces genera desequilibrio porque el rival termina perdiendo la marca y San Martín encontrando los espacios para poder “romper” por afuera.

Como si todo esto fuera poco, los cambios no resienten la estructura del equipo; y en este juego eso quedó evidenciado: cuando las piernas comenzaron a sentir el cansancio, el “santo” decidió cerrar el juego y lo hizo prácticamente sin sufrir.

Esta vez el equipo no lució, pero ganó con justicia. Lo hizo mostrando algunos pasajes de la “nueva” idea, orden, solidaridad y entrega. Debe consolidar el juego y afianzar algunas sociedades, pero lo cierto es que Flores parece haber encontrado el equipo.

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