La escalada de accidentes en las rutas

06 Agosto 2024

La coincidencia entre los jefes policiales de las Unidades Regionales Este y Sur con respecto a la inconducta de los conductores de vehículos como factor importante en los accidentes en las rutas tucumanas debería dar pie a un fuerte debate sobre la eficacia de lo que se está haciendo frente al problema. Si hay una inconducta que se atribuye a la comunidad, ¿de qué sirven los operativos si al final se espera  que los ciudadanos cambien? Tal cuestión fue expuesta no sólo en la producción periodística de ayer vinculada con que en tres días fallecieron ocho personas en las carreteras tucumanas, sino con el informe de hace dos semanas que daba cuenta de las rutas colapsadas en el sur, en el cual un especialista en seguridad vial insistía con que constantemente “aparece el mal comportamiento de los conductores”.

En este fin de semana que ha pasado hubo tragedias viales en la zona Este (El Cortaderal, Lastenia y Alderetes) en la Sur (La Cocha y Arcadia), la Norte (El Cadillal) y al sur de la capital (El Manantial) que involucraron a motociclistas, automovilistas y camioneros. Los funcionarios policiales dijeron que esto se dio mientras se han incrementado los operativos, que incluyeron secuestros de vehículos. “La Policía hace todo tipo de controles en diferentes rutas, pero la gente sigue circulando violando todas las normas de tránsito y hasta sin las mínimas medidas de seguridad”, dijo el jefe policial del Sur. “Le pedimos a la comunidad que colabore”, añadió. “No podemos entender lo que está pasando. Hacemos todo tipo de controles y siguen registrándose muertes”, explicó el jefe de la Regional Este.

Hace dos semanas, el técnico en Seguridad Vial, a propósito de las rutas colapsadas en el Sur, decía que “el problema no es la cantidad de vehículos sino la forma anárquica en que se conduce. Y en ese sentido sorprende la falta de capacitación”. La pregunta que hay que hacerse, entonces, es averiguar por qué se da esta situación. Decir que se trata de una cuestión cultural irremediable no ayuda a resolver el problema. Hay que recordar que hace pocos meses la subdirectora del Hospital Padilla, ante una pregunta de una periodista de LA GACETA acerca de si habían disminuido los accidentes con los controles de alcoholemia, contestó que no. En nuestra producción de ayer un vecino del Sur contó que los fines de semana los jóvenes de las distintas ciudades viajan de un lado a otro por las rutas oscuras y vuelven cansados entre las 5 y las 7 de la mañana, que es cuando se producen muchos accidentes.

Correspondería estudiar qué medidas faltan, como ser la anunciada radarización de las rutas o la tarea que debería cumplir en el Sur la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que ha puesto un equipo a trabajar en Monteros el año pasado. Asimismo, seguir con atención las experiencias de municipios como Yerba Buena, que ya aplica controles por radar, o el estudio de las campañas de educación vial, así como la revisión y la mejora de la infraestructura vial. Aplicar las mismas recetas y preguntarse por qué no funcionan no ayuda a hallar las soluciones.

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