Es tucumana, bicampeona panamericana y distribuye su tiempo entre la maternidad y el alto rendimiento

La tucumana quiere dejar huella en el deporte argentino con un título en el Mundial que se jugará en el país en 2026. Mirá toda la nota de "Charlas de café".

La popularidad del deporte que practica no va en consonancia con la larga existencia que tiene en el mundo. Hay muchos factores por lo que la pelota vasca no es masiva. En Tucumán hay apenas una jugadora y es la mejor zaguera del país. Esa pelotari es Cynthia Pinto, el rango de reina en la especialidad lo obtuvo luego de ganar las cuatro fechas del Top 4, una especie de circuito que ranqueó a las jugadoras para determinar quiénes representarán al país en la Liga de Naciones que se jugará del 20 al 30 de septiembre en París.

Especializada en la modalidad trinquete-pelota de goma (se juega en una cancha cerrada, con una paleta de madera o de fibra de carbono) Pinto sabe que la complejidad del deporte es uno de los condicionantes por el que su práctica no es tan atractiva. La bicampeona Panamericana (ganó la medalla de oro en Lima 2019 y Santiago 2023) reparte su vida entre la práctica de un deporte al alto rendimiento y la maternidad. Sus consagraciones son el motor para seguir un estilo de vida sacrificado, todo para concretar la máxima meta de ser campeona mundial. En 2026, cuando el torneo Absoluto se dispute en San Luis, tendrá una oportunidad inmejorable.

- ¿Cómo se mueve Cynthia Pinto mamá, deportista? ¿Cómo es volver a casa luego de una competencia?

-Es durísimo estar lejos. Pero también es muy lindo viajar porque te reciben como en casa. Te sirven todo.

-¿Cómo llegaste a practicar un deporte que no es popular en la niñez?

-Es muy complicado, requiere mucho estado físico, es técnico y se necesitan muchísimas horas de entrenamiento. Yo comencé porque mi papá y mi tío jugaban. Es un deporte muy machista, si hubiera sido por mi padre quizás no jugaba, él lo llevaba a mi hermano.

-¿Dónde notas que es machista, en qué actitudes?

-Me sentí rechazada en el club cuando era pequeña. Muchos hombres, una chica más y yo éramos las únicas mujeres; pero siempre nos hacían a un lado, no nos dejaban entrar. Fui levantando el nivel y ya me empezaron a ver de otra manera, después el problema fue porque ya les ganaba, entonces era jugar o no jugar.

-¿Eso fue cambiando un poco, aunque se mantiene?

-Mantengo mi nivel gracias a mis compañeros porque juego contra hombres justamente; se los agradezco. Pero me tienen acá y mucha bolilla no me dan. Me siento muy valorada en otros lugares en otras provincias. Acá está todo como muy parado, pero siempre voy para adelante con mi gran equipo que es mi familia. Tengo el apoyo incondicional de mi mamá, ella y mi marido se quedan a cargo de mis hijos cuando yo tengo que viajar. Es muy difícil ser mamá, viajar y entrenar. El deporte te quita varias cosas, pero hay objetivos y por eso uno sigue.

-¿Qué es lo que buscas en tu carrera?

Es tucumana, bicampeona panamericana y distribuye su tiempo entre la maternidad y el alto rendimiento

-Mi objetivo máximo es salir campeona del mundo en el Mundial Absoluto. En Biarritz, lamentablemente, no se dio y perdimos contra Francia. Ahí aprendimos que tenemos que buscar un equipo que sea más talentoso, potente y más físico. Sumamos chicas un poco más jóvenes, ellas son el futuro que tenemos. El Mundial Absoluto, va a ser en San Luis en 2026. Sería bárbaro ganar ahora la Liga de las Naciones para ganar confianza.

-Entonces ¿ese 2026 es un año muy importante?

-Voy a tener 37 años, no voy a estar tan vieja, ¿no? Todo depende de la intensidad de mis trabajos físicos y que no tenga ninguna lesión. Gracias a Dios en mi carrera deportiva no he tenido nunca una lesión que me haya detenido mucho tiempo. La verdad, en ese sentido, estoy muy agradecida, soy una bendecida.

-¿Te imaginabas conocer al Presidente del país?

-La verdad que no. Eso fue porque ganamos la medalla de oro Panamericana en 2019 con mi compañera María Lis Calderón, así que nos llamó el presidente a Casa Rosada y estuvimos ahí charlando; un hermoso momento inolvidable con alguien tan importante.

-Una visita a un lugar tan emblemático, con una figura tan importante del país ¿ayudó en algo?

-No, para nada, porque de ahí surgen proyectos que te van a llamar, que te van a dar una mano para esto para lo otro, pero la verdad que no. Como yo siempre digo tampoco espero mucho porque son muchos años de lo mismo de siempre, hay poca ayuda económica de la provincia. Yo tengo una beca de la Nación, pero es todo por mérito, si no tuviera logros no tendría absolutamente nada.

-Desde hace varios años el país no está atravesando por buenos momentos económicos. ¿Durante tu carrera, en algún momento, pudiste tener la tranquilidad de no tener que buscar dinero, pese a los buenos resultados?

-Por ahí ha salido alguna ayuda de Secretaría de Deporte. Siempre muy agradecida con lo poco o mucho que se consiga. En realidad, tengo amigos que desinteresadamente colaboran. Pero gente allegada, familiares de los que dependo para poder costear. Es muy feo decir: ‘¿se podría conseguir algo de la provincia con tantos logros? Y sí. En su momento de la Legislatura también quedaron en llamarme para ver si me daban los vuelos a Buenos Aires que son costosos, yo viajo dos veces al mes para entrenarme y se hace muy difícil.

-¿Qué es lo que falta para que esta realidad cambie?

-Sabemos que no estamos atravesando por un buen momento, pero desde muy chica que yo viajo y pasa lo mismo. Mi club también me trata de ayudar con lo que puede.

Es tucumana, bicampeona panamericana y distribuye su tiempo entre la maternidad y el alto rendimiento

-¿Te reconocen por la calle?

-Por ahí me gritan campeona, me sorprende un poco. Hay muchísima gente en las redes; aclaro que soy malísima para eso, pero trato de entrar y contestarle a la gente que me sigue.

-¿Qué le podrías decir a los chicos que están buscando un deporte? La pelota vasca no genera mucha atracción. Sin embargo, en la provincia está el caso de Tiziano Monge, de 11 años, que ya fue Revelación argentina. ¿Por qué se sintió atraído?

-Él vive a la par del club. También juega el hermano. Le gusta mucho y, cuando estuve con la escuelita, ya le veía condiciones. A él y a otros dos nenes que también se perdieron por tema estudio.

-¿Pueden ir a la par deporte y estudio?

-Por ahí te dedicas tanto al deporte que dejas de lado otras cosas. A mí todavía me falta un par de materias para recibirme. Yo elegí hacer radiología, pero se complica muchísimo: estamos hablando del alto rendimiento, no de algo amateur de practicar de vez en cuando. Tiziano tiene muchísimas condiciones, pero, si no se lo apoya, va a quedar en la nada.

-De haber hecho otro deporte ¿cuál elegirías? ¿O siempre fue este?

-Me gusta mucho salir a andar en bici también, pero lo sumo como plan de entrenamiento y me encanta el trekking. Yo creo que si no hubiera jugado a la paleta, hubiera hecho algo de eso.

-¿Qué perfeccionarías en tu entrenamiento?

-No le encuentro el lugar al descanso. Justo para el descanso es para lo único que no queda tiempo. Pero me hace feliz: siento que, si no entreno, estoy malhumorada, lo mismo que si no voy al gimnasio. Uno siempre tiene una debilidad como deportista creo que siempre fui mala ahí, en el descanso.

-Cuando charlan entre colegas internacionales de cómo viven cada una… ¿Ustedes se sorprenden de ellas o ellas se sorprenden de ustedes?

-Nosotras nos sorprendemos de lo que cobran y ellas tampoco lo pueden creer. Por eso es muy difícil que nosotras podamos equipararlas. Tienen absolutamente todo: el nutricionista comiendo a la par con ella, el preparador físico haciéndolas entrar en calor… estamos tan lejos de eso nosotros, pero hacemos lo que podemos con mis compañeras para traer los mejores resultados al país.

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