El lector Arturo Arroyo en su carta “Isabel Perón, la primera víctima del Proceso” (23/10) manifiesta con respecto a la figura de Isabel Perón como que fue la primera víctima del proceso instaurado en 1976 hasta 1983. La citada persona se dirige en forma peyorativa a la figura de eminentes republicanos, como lo fueron Arturo Illia, Carlos Perette, Ricardo Balbín y, le guste o no, Raúl Alfonsín, quien es, fue y será el padre de la Democracia. Los que vivimos en esa época, como el que suscribe, sabemos que antes del golpe de Estado, bajo el Gobierno constitucional de Isabel Perón, tuvieron lugar los hechos de violencia, las muertes y desapariciones; la figura de la Presidenta de la Nación era decorativa, siendo manejada por José López Rega y todo su séquito, que con actos de violencia combatía al otro extremo que eran el ERP y Montoneros. No menciona el mensaje del 22 de marzo de 1976 de Ricardo Balbín cuando en cadena nacional, dirigiéndose al pueblo argentino, manifestaba con una frase de Almafuerte: “Todo enfermo tiene cura cinco minutos antes de la muerte”. Se refiere a declaraciones de Ricardo Balbín del año 1975 cuando muchos creíamos y calificábamos como un hombre de la democracia a Rafael Videla, porque contrasta con el ala más dura de las fuerzas armadas que estaban en voltear al gobierno con el pretexto de acabar con la subversión y facilitar el enriquecimiento de los monopolios económicos. Se olvida de los ingentes esfuerzos de Ricardo Balbín para entrevistarse con Juan Domingo Perón y la propia Isabel para brindarle su apoyo para encarrilar lo que todos temíamos con el accionar de la Triple A y las bandas subversivas; manifestó en una oportunidad que había que llegar a las elecciones, aunque sea con muletas. En la sede del Comité Nacional de la UCR les abrió las puertas antes del golpe a muchos de sus “compañeros “que fueron a pedir protección y resguardo porque su vida peligraba en demasía. Hablar de Ricardo Alfonsín es quedarse corto; arriesgó su vida buscando a desaparecidos y poniendo la cara y su cuerpo para encontrarlos y buscar un cierto consenso para que todo lo que veíamos en ese entonces se detuviera. Mejor no hablar de deuda externa, lo que, si se olvida de muchas cosas de ese entonces, las verdades a medias no son verdades y lo puedo afirmar con la autoridad que me merecen mis años de militancia en la UCR, que Isabel Perón no estaba capacitada para dirigir el destino del país; una persona que por los medios de comunicación tenía como lema “a Dios rogando y con el mazo dando”, no es de una persona que sustentara los valores democráticos. En cuanto al rol del partido comunista lo dejo para que los propios camaradas de él en ese entonces puedan hablar mucho más de lo que yo pueda decir. Pareciera que los años no pasaron en vano, ni siquiera reivindica la tarea de Raúl Alfonsín juzgando a todos aquellos que violaron los DDHH, documentado a través de la Conadep y del juzgamiento a los militares y a los cabecillas del ERP y de Montoneros. El peronismo se negó a integrar la Comisión y apoyar el juzgamiento arriba aludido, como así eran partidarios de la autoamnistía del Gral. Bignone, cosa que se derogó en el primer acto de gobierno de Alfonsín. “El que esté exento de pecado arroje la primera piedra”.
José Luis Avignone
Marcos Paz 922 - S. M. de Tucumán