Chatarra, calor y mosquitos, mala combinación

29 Octubre 2024

La inquietud de delegados comunales del sur de la provincia con respecto a las dificultades para hallar un destino adecuado para cacharros abre una serie de inquietudes frente al verano y los riesgos de contagio de dengue. Tal como se informó ayer, en varias comunas no hay tratamiento adecuado de residuos sólidos, muchos de los cuales van a vaciaderos donde se queman pero hay desechos sin ubicación que han sido acopiados. Se trata de metales, recipientes, materiales tecnológicos y neumáticos, entre otros elementos.

El problema fue analizado durante una reunión que mantuvieron con autoridades del Siprosa 18 comisionados comunales. Se estima que  en más del 50% de las poblaciones del sur los residuos que se recolectan a diario reciben el tratamiento en relleno sanitario, mientras que el resto son quemados u objeto de procedimientos inadecuados. Los únicos municipios que disponen de plantas de tratamiento de residuos sólidos son Tafí Viejo y Concepción. El comisionado de Río Seco, que tiene un vaciadero a orillas del pueblo, dijo que en la reunión coincidieron en que hay que definir un proyecto que atienda la deposición final y que se intenta acordar para adquirir entre varias comunas una compactadora, que ayudaría a resolver  el problema de los objetos metálicos.

También se analizó que no está claro, incluso en lugares donde hay clasificación de residuos, cómo se debe trabajar con la totalidad. “Hay cosas inservibles, pedazos de latas que no necesariamente se las puede reciclar”, dijo el responsable del tema en Concepción, que advirtió que sería importante que las comunas tengan  un programa de desarrollo ambiental adecuado, que incluya puntos ecológicos.

La cuestión se vincula, por cierto, con la inquietud de que, luego de las lluvias cercanas al fin de la primavera, se activen las larvas de mosquito Aedes Aegypti y podría haber nuevos contagios de dengue. Nuestra provincia, que ha tenido este año la peor epidemia, no registra contagios desde junio y se encuentra, por un lado, haciendo una intensa vacunación -ahora con los jóvenes de 25 a 34 años- y al mismo tiempo, según declararon las autoridades, lleva a cabo una fuerte campaña de concientización para el descacharreo. Pero las alarmas deberían activarse. En Córdoba se ha registrado contagio del serotipo 4 y se sabe que Tucumán, por sus características climáticas y sus factores socioambientales, es una provincia que alberga una gran cantidad de mosquitos: más de 50 especies, si bien hasta septiembre se habían detectado pocos Aedes Aegypti. “Después de las primeras lluvias vuelve a reiniciarse el ciclo de vida dinámico de la especie que transmite el dengue. En este momento, lo que hay son huevos latentes que están esperando la acumulación de agua para dar lugar al establecimiento estacional de este mosquito”, dijo entonces una investigadora. También se dijo que en los operativos, si bien en algunas zonas la población tomó conciencia de la importancia de mantener los hogares libres de criaderos de mosquitos,  hay otras áreas en las cuales, a pesar de haber tenido una situación crítica durante la última epidemia, se siguieron encontrando criaderos activos, con larvas y huevos.

Por todo esto, correspondería ajustar más los mecanismos para concientizar a fin de que los vecinos se sumen a la lucha y eliminen criaderos. Al mismo tiempo, las autoridades deberían hacer frente al problema que hay en el interior en cuanto a los cacharros y objetos en desuso que no reciben ningún tratamiento, por falta de estrategias o de apoyo para llevar a cabo una política ambiental que ayude a resolver qué hacer con la chatarra.


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