Por Micaela Pinna Otero y Gustavo Rodríguez 31 Octubre 2024
LA PRUEBA. La Policía secuestró el auto que usó el acusado para trasladarse hasta la casa de la víctima.
Parte de la pesadilla de una joven que denunció acoso pareciera haber comenzado a tener final. La Policía detuvo a un hombre de 47 años por hostigarla. El arrestado ya había sido procesado por este delito contra la misma víctima. Esta novedad se registró el mismo día que se cumplen cuatro años del femicidio de Paola Tacacho, la joven que murió en manos de su acosador, que luego de cometer el crimen se suicidó.
El martes, F. estaba junto a su pareja en un domicilio de Tafí Viejo. En el lugar se presentó F.A.P, que venía acosándola desde hace más de 12 años. El joven se fue del lugar luego de que un vecino, que sabía del drama que vivía su amiga, lo corrió.
La joven de 31 años denunció el caso. El martes por la tarde se presentó ante la fiscala de Adriana Reinoso Cuello para contar todo lo que había vivido durante tanto tiempo. Dijo que el hombre comenzó a acosarla a partir de 2012, cuando tenía 19 años. Presentó también los expedientes abiertos en su contra en los años 2019 y 2022 por el mismo delito.
Al analizar el caso y por la peligrosidad que existía, la representante del Ministerio Público pidió su detención y que se allanara su domicilio. El juez Sebastián Mardiza hizo lugar al planteo. Personal de la comisaría de Tafí Viejo concretó ayer la medida. Además de aprehenderlo, los uniformados secuestraron un celular y el auto que utilizó para presentarse en la casa de la víctima.
Larga historia
“Por esta última causa estuvo detenido un tiempo y luego se lo internó involuntariamente en el Obarrio por un problema, aparentemente, de adicciones. Su hermana puso en conocimiento de que en realidad tendría algún tipo de incapacidad, aunque eso nunca se logró demostrar; no hay sentencia de declaración de incapacidad”, aplicó la querellante, Patricia Neme.
La profesional relató que al recibir el alta, la Justicia había decidido colocarle una tobillera y a la víctima se le entregó un dispositivo que se activaba cada vez que se le acercaba. “Durante ese tiempo no se acercó hasta que este año le sacaron el dispositivo y desde el 21 de septiembre hasta ahora volvió cuatro veces a su casa y le preguntó a los vecinos por ella; está obsesionado”, indicó.
Neme sostuvo que su asistida está un poco más tranquila. “Ella estaba muy preocupada. Tiene muchísimo miedo porque en apariencia esta persona después de tantas medidas cautelares y procesos que va teniendo, no entiende, no aprende o no quiere entender. Entonces ella tiene miedo, porque además vive a tres cuadras de su casa”, explicó la abogada.
El informe psicológico que tiene la Justicia es del proceso anterior, y esa fue una de las principales razones por las que la fiscala Reinoso Cuello decidió solicitar su detención. “En el fuero civil, que es donde se debe realizar un juicio de capacidad, no hay ningún trámite iniciado para que se lo declare incapaz. Sería inimputable, pero hasta el momento no hay nada probado”, comentó en una entrevista con LA GACETA.
Objetivo
“Al contar con antecedentes su situación se complica. Tiene antecedentes en la Oficina de Violencia Doméstica y el fuero civil con una cautelar dictada por el Juzgado de V de Familia. Tiene varios antecedentes con varias denuncias. Hasta el momento no tengo conocimiento de que le haya hecho lo mismo a otras mujeres; por ahora sólo conozco este caso”, destacó la abogada.
“Ella está con miedo y preocupada, pero para eso estoy, para acompañarla y ayudarla a buscar justicia. Vamos a ver cómo sigue ahora el proceso; nosotros vamos a tratar de que tenga una condena”, finalizó Neme.
Un antecedente: cómo se resolvió el caso de una joven de Yerba Buena
El año pasado, M. denunció que era perseguida desde hace varios años por R., un joven que estaba afectado por una patología mental. Al incrementarse el acoso, la víctima decidió denunciar el caso. Representada por José María Molina y Agustina Lasquera, se logró que el acusado permaneciera detenido por varias semanas en el penal de Villa Urquiza. En el marco de la investigación se realizó una junta médica donde se confirmó que el procesado padecía de una enfermedad, por lo que se solicitó su internación para que el problema fuera tratado y se pusiera punto final a la pesadilla que vivió durante años la víctima. “En este caso hay que destacar la intervención activa de todas las partes quienes lograron encontrar una salida alternativa para acabar con una situación que llevaba años sin ser atendida”, finalizó Molina.