Llevamos 10 meses de soportar los efectos del tremendo ajuste efectuado por un presidente devenido en anarcocapitalista. Término esotérico que disimula las características de un gobierno destructivo, adicto a tomar medidas que sólo responden a la especulación financiera de un grupo que lo llevó a la Casa Rosada. Un presidente que no gobierna y se dedica a navegar en la farándula buscando publicidad con sus enredos amorosos, mientras la mayoría del pueblo sufre necesidades imposibles de solventar, y crece la indigencia. Si observamos las frecuentes quejas de muchas personas que se alarman cuando les llegan facturas adicionales por servicios que aumentan sin cesar, seguramente recapacitan sobre las mentiras que el Gobierno propala de haber logrado descender la inflación a un 3,5 %. Lamentablemente es demasiado tarde para tomar conciencia del pantano en que estamos sumergidos, consecuencia directa de un gobierno deliberadamente diseñado para destruir el país. Las mentiras sobre la inflación son evidentes por el permanente incremento que se observa en muchos productos, y especialmente en los medicamentos. Vaya como ejemplo un suplemento dietario de venta libre que dura 15 o 30 días, hace un mes costaba $11.000, y hoy cuesta $ 15.500. Se ve que quien pone los precios no se enteró que la inflación es solo del 3 o 4 % según se alaba Caputo. Esto ocurre con muchos otros productos debido a que el Libertario con los destructivos DNU, decretó la liberación de precios, junto a otras medidas que destruyeron la PYME y causaron el cierre de muchas empresas fabricantes de diversos artículos.
Humberto Hugo D’Andrea