Alicia Bardón, ex rectora de la Universidad Nacional de Tucumán, hizo ayer una fuerte defensa de los trabajos y obras que se hicieron en la institución con los dineros que provenían de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD). Al mismo tiempo, respaldó las decisiones que al respecto había tomado el hoy ex rector Juan Alberto Cerisola, juzgado actualmente junto a otras autoridades universitarias.
Bardón, ex decana de la facultad de Bioquímica, además de haber sido miembro del Consejo Superior, declaró justamente en el marco del proceso iniciado en 2010 cuando el arquitecto Ramón Eudal (ya fallecido) denunció irregularidades en las obras y comenzó la investigación judicial, que llevaría a cabo el fiscal federal Carlos Brito. Hubo otra denuncia, del abogado Oscar López, ante la Procuración General de la Nación; se hizo una auditoría interna con la Sindicatura General de la Nación (Sigen); allanamientos para que Gendarmería inspeccione 20 obras y también intervino la Procuraduría Adjunta de Criminalidad Económica y Lavados de Activos (Procelac).
Cerisola está acusado de administración fraudulenta de utilidades mineras recibidas por la UNT entre 2006 y 2009 respecto de la realización y/o refacción de 13 obras públicas; también, de haber cambiado el destino de ese 40% de los fondos de la minería que correspondía a la UNT mediante la firma de un acta en YMAD; de haber puesto bajo la órbita directa del Rectorado el área de Construcciones Universitarias y de haber determinado mediante resolución que las obras llevadas a cabo con utilidades mineras no se rigiesen por la Ley nacional de Obras Públicas.
Ante los jueces Jorge Basbús, Ana Carina Farías y Enrique Lilljedahl, Bardón advirtió que “nosotros vimos el expediente (por el cual se decidía que el dinero que llegaba a la Universidad se utilizaría para obras) a fines de 2007. El dinero que llegaba se iba a utilizar para mejorar las condiciones de los edificios y construir otros nuevos.
La UNT tenía muchos años de atraso en todo esto, y entonces se iban a destinar a esos fines, igual que para las escuelas experimentales, pero fue algo que no se discutió en el Consejo Superior”. Bardón además recordó que el mayor flujo de dineros de YMAD llegó después de 2005 y agregó que todos los decanos le trasladaban sus inquietudes al rector. “Cerisola nos recibió y nos escuchaba”, recordó.
Bardón, que fue vicerrectora durante la gestión de Cerisola, fue interrogada primero por Silvia Peyracchia y Rosa Luz Casen, defensoras del ex rector, luego por Alfredo Falú, representante de Olga Cudmani, y posteriormente por Víctor Taleb, quien asesora a Luis Sacca. Finalmente preguntaron los representantes del Ministerio Público, Pablo Camuña, Lucía Doz Costa y Agustín Chit, y el representante de la querella, Rodolfo Burgos.
La testigo aseguró que su facultad, Bioquímica, siempre había tenido problemas edilicios. “Había hablado con (el ex rector, Mario) Marigliano, y había la posibilidad de hacer un edificio. Queríamos una facultad nueva. Se desarrolló una primera etapa, pero mi facultad en ese momento no pudo ser construida. Los techos de toda la facultad de Bioquímica siempre trajeron problemas y se realizaron trabajos en ese sentido. Lo que sí nos faltó fue equipar la Universidad”, aseguró.
Y admitió que “los decanos teníamos mucha comunicación con el rector. La situación de problemas edilicios era de toda la universidad”. En ese sentido, aseguró que “fue muy importante que se usaran los fondos que llegaban para solucionar los problemas que tenía la facultad. Las mejoras fueron muy grandes. Hubo críticas, que llegaron al Consejo Superior, pero se decidió avanzar. Se hicieron muchísimas obras, de buena calidad”. “La primera etapa en la facultad de bioquímica me dejó conforme, la estamos utilizando ahora, hay más de 60 laboratorios. De todo eso, de las obras, siempre hablábamos con Olga Cudmani”, explicó.
Cuando se le consultó por los controles dentro de la institución, Bardón afirmó que “la Universidad es una institución que tiene muchos organismos de contralor, las auditorías funcionan. El Consejo Superior puede tener inquietudes, pero deben confiar en que la UNT posee mecanismos para tener dictámenes adecuados, y además tienen auditorías externas”.
Y luego, la ex rectora analizó: “La Ciudad Universitaria que concibe (el ex rector Horacio) Descole había comenzado a ser construida en San Javier, donde se hicieron casas, se consiguió el acceso al agua con una obra enorme desde Anfama, se hicieron obras de infraestructura, y el edificio central como quedó, con la infraestructura de hormigón, pero el resto se construyó en san miguel de tucuman.
El concepto de reunir facultades es lo que se llama Centro Herrera, el resto de las obras es disperso. La facultad lo que pedía era que se hiciera en la quinta”. Y en ese sentido destacó que “El plan de obras lo conocimos cuando el rector nos lo hizo saber. No se discutió en el Consejo Superior reemplazar el concepto de Ciudad Universitaria por el de Ciudad Universitaria del Siglo XXI. Los rectores habíamos pedido que se hicieran obras en las facultades”.
Casi al final, Bardón remarcó que Cerisola y Sacca tenían una relación muy “estrecha” y también admitió que los decanos no habían estado de acuerdo en que Cerisola pasara a formar parte del directorio YMAD, pero que finalmente esto sucedió.