“Hoy se termina la primera etapa del proceso de Regularización de Activos. El monto declarado en efectivo hasta el día de ayer (jueves) fue de U$S 20.085 millones. Adicionalmente, se declararon U$S 2.432 millones por otros conceptos”. El balance fue realizado por el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, tras vencer el plazo prorrogado para el blanqueo de capitales sin grandes descuentos.
“Muchas gracias a todos los argentinos que han confiado en este profundo cambio de rumbo económico, político, cultural e institucional que el presidente Javier Milei está llevando a cabo”, posteó el titular del Palacio de Hacienda en las redes sociales.
El resultado de la primera instancia del blanqueo superó todos los pronósticos, ya que el gobierno esperaba que ingresaran no más de U$S 10.000 millones en esta etapa.
Para los que declaraban menos de U$S 100.000 en efectivo el costo era cero.
De las 105.000 Cuentas Especiales de Regularización de Activos (CERA) que se abrieron, la mayoría fueron para blanquear cantidades pequeñas, por debajo del umbral, es decir, que blanquearon a costo cero.
Quienes tenían menos de ello no pagaban nada, pero el que tenía mas de ello, pagaba un 5% por el total de lo declarado.
Técnicamente, desde hoy los que tienen dinero blanqueado en cuentas especiales podrán retirarlo, siempre que sea menos de U$S 100.000. Los que blanquearon más y quieren evitar pagar el impuesto tendrán que dejaron en el sistema de cuentas CERA hasta el 31 de diciembre de 2025.
Esto implica que las personas podrán, por ejemplo, comprar una vivienda y pagar con una transferencia a otra cuenta CERA, del vendedor, y si este mantiene allí el dinero, no tributará nada. También se podrán hacer inversiones en bonos del Estado, pero siempre que el dinero se mantenga dentro del ecosistema de CERA hasta el fin del plazo legal.
Ahora se abre una segunda etapa, en la que el impuesto especial subirá al 10% y en la que solo se podrán declarar cuentas o bienes registrables. Aquí el umbral de U$S 100.000 actúa como un mínimo no imponible. El impuesto especial se paga por lo que excede. Es decir, una casa de U$S 200.000 paga por solo U$S 100.000 cotizados al valor oficial, lo que hace también que el pago sea más barato.
A partir de la semana que viene se observará cómo reacciona el mercado. Qué sucederá con los depósitos en dólares, así como también con el rally de los activos financieros argentinos. La semana bursátil estuvo marcada por las elecciones en Estados Unidos, en las que el republicano Donald Trump venció a la demócrata Kamala Harris y consiguió su segundo mandato.
En el segmento de renta fija en dólares, las subas estuvieron encabezadas por el Bonar 2041 (+2,1%), el Global 2038 (+2%); y el Global 2041 (+1,7%). En la semana, anotaron ascensos de hasta 6%.
En tanto, el riesgo país que mide el banco J.P. Morgan cayó 1,1%, a 850 puntos básicos, para cerrar en mínimos de cinco años.
En el segmento de pesos, las Lecaps anotaron avances de hasta 0,4%, para acumular en el mes ascensos de hasta 3%. En la plaza local, el índice líder S&P Merval cedió 2,5%, a 1.964.487 unidades, tras arrancar la jornada con onda verde. Las acciones que más bajaron fueron las Transener (-8,6%), BYMA (-5%); y Aluar (-4,9%). Solo subieron los papeles de Valores (+0,7%), y Loma Negra (+0,4%).
Sin volatilidad
El mercado cambiario, en tanto, dejó de lado la volatilidad. En ese marco, el Banco Central (BCRA) compró U$S 129 millones en el mercado y en el balance semanal adquirió U$S 424 millones, por lo que ya lleva casi dos meses consecutivos con saldos positivos.
Las reservas crecieron U$S 162 millones y cerraron en U$S 29.839 millones. En la semana, acumularon un alza de U$S 39 millones.
El dólar blue rebotó a $1.105 para la compra y a $1.135 para la venta. Así, se mantuvo cercano al valor que tenía el 20 de mayo de este año, cuando comenzaba una corrida cambiaria tras la decisión del Gobierno de recortar por encima de los esperado las tasas de interés, quitando atractivo a las inversiones en pesos. El billete informal escaló $15, pero marcó su mayor caída semanal en ocho meses, al acumular una baja de $55 (-4,6%). En consecuencia, el spread con el mayorista se ubica en 13,8%, cerca de mínimos de 2019.
El dólar blue viene acompañando la reanudación del descenso en los dólares financieros, de la mano de la positiva evolución de las reservas, el proceso de desinflación y la expectativa de un posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sumará fondos frescos.
En octubre, el blue bajó $45 (-3,6%), mientras que en septiembre cayó $70 (-5,4%) y en agosto cedió $65 (-4,7%). De esta manera, cerró por tercer mes consecutivo a partir de un exceso de oferta de divisas como consecuencia del blanqueo de capitales.
Según el economista Gustavo Ber, no sólo la consolidación fiscal y la desinflación, sino la acumulación de reservas que se reactivó a partir del dinamismo del blanqueo, vienen potenciando las favorables expectativas sobre el contexto económico. También el triunfo de Trump podría abrir un clima más amigable para avanzar hacia un nuevo acuerdo con el FMI que pudiera aportar fondos frescos. Ese círculo virtuoso no sólo contribuiría a una salida del cepo cambiario, sino que también continuaría retroalimentando la reducción del riesgo país a fin de poder regresar a los mercados de deuda y atender los compromisos a través del roll-over tal como hacen habitualmente los países, indica el analista.
“Con compras del BCRA que se siguen acumulando, y señales sobre el proceso de desinflación que resultan amigables, es que los dólares financieros vienen reanudando el gradual descenso camino a una unificación cambiara, toda vez que la brecha se viene evaporando”, agrega el economista.