De la carrera final de Franco Colapinto en la F-1 en Abu Dhabi hay que decir que largó último, que a poco de esa salida ya había ganado dos puestos, y que cuando estaba en la tarea de seguir avanzando, su coche sufrió un golpe desde atrás. Carrera arruinada para él, y terminada.
¿Por qué entonces Franco siguió en la pista e hizo 27 vueltas? Quizás por decisión del equipo para que gire y sume kilómetros. Tal vez porque ante un nuevo golpe a su orgullo, intentó una vez más entregar lo mejor ante una situación adversa. Pero su auto a esa altura ya era una tortuga. Vuelta a vuelta iba perdiendo tiempo; la tablita de tiempos que la TV muestra a la izquierda en cada carrera era una evidencia incontrastable.
¿Qué pasó esta vez para extender la mala racha? El australiano Oscar Piastri, que instantes antes había sido víctima con su McLaren de un toque del campeón neerlandés Max Verstappen con su Red Bull, había quedado atrás del bonaerense. Y en su afán de recuperar terreno perdido, intentó superarlo, decidió mal, se excedió en un frenaje, lo tocó al Williams del bonaerense, le provocó un pinchazo en uno de los neumáticos traseros y le afectó un difusor, una pieza que está debajo del alerón. Así, Franco debió ingresar a boxes apenas con cuatro vueltas disputadas.
La falla
El difusor es un elemento aerodinámico muy sensible que aumenta la velocidad del flujo de aire que circula entre el asfalto y el bólido. Crea una zona de baja presión que manda al coche hacia el asfalto y produce más agarre. Así, mejora la estabilidad y la velocidad en las curvas. Es decir, la principal función que tiene es generar carga aerodinámica. Si la pieza sufre un daño, el bólido se convierte casi en un auto común y corriente.
Colapinto se mantuvo en la pista, buscando estabilizar lo mejor posible el coche, pero el motor fue entrando en sobre exigencia. Resultado: el FW46 se fue cada vez más atrás, y llegó al punto que el equipo decidió llamarlo a los pits, porque ya no había nada más para hacer.
“Gracias chicos por estas nueve carreras. Hicieron que mi sueño se vuelva realidad”, había dicho Colapinto por radio a los integrantes del equipo antes de largar. “Lo siento, Franco, no quería que tu última carrera fuera así. Tenemos un problema con la unidad de potencia. Ha sido un placer este año. Gracias”, le dijo al final James Vowles, el jefe del equipo. “Es parte del proceso, de la experiencia. No fue el final de temporada que quería”, analizó el bonaerense ya con los hechos consumados.
El británico Lando Norris resultó finalmente ganador de una áspera carrera, asegurando así la corona de Constructores para McLaren. Poco alcanzó el esfuerzo final de Carlos Sainz y Charles Leclerc, 2° y 3° para que Ferrari pueda darle pelea.
¿Qué pasará con Colapinto?
De momento, lo único seguro para Colapinto es que seguirá ligado en 2025 al equipo Williams como piloto de reserva. Cayó para él el telón de 2024, y lo hizo con la frente en alto, en un año en el que consiguió el logro de llegar a la “Máxima”, algo que era inimaginable a comienzos de temporada. En cuatro meses vivió de todo y se dio un baño intenso de F-1. Pero que conste: este es sólo el cierre de un capítulo en su trayectoria en la categoría. No es un adiós, sino un hasta luego.
Hay indicios de que algo se puede estar “cocinando” para Franco en medio de una tormenta de rumores, con Melbourne ya en el horizonte del nuevo año, del 14 al 16 de marzo. Las que transitamos son horas que serán cruciales. Tomen nota de ello.