Alejandro "Papu" Gómez fue campeón del mundo hace dos años, pero se encuentra lejos de los flashes debido a su sanción por dopaje, pero en las últimas horas rompió el silencio para un podcast conducido por Juan Pablo Varsky y no dejó tema sin aclarar.
El ex futbolista de Atalanta y Sevilla, entre otros equipos, está castigado por haber dado positivo en terbutalina, que, según la versión del argentino, ingirió en un producto de un jarabe para la tos para niños que consumió en octubre de 2022 para calmar una crisis de broncoespasmo. Por ese motivo, recibió un castigo de dos años sin poder jugar al fútbol y sus apelaciones fueron ignoradas.
“Te suspenden de todas las actividades deportivas que incluye el paquete deportivo, director deportivo, entrenador, todo eso. Así que había pensado (en iniciar el curso de DT), para aprovechar mi tiempo, pero me encontré con la negativa de que no podía por la suspensión. Eso me bajoneó un poco pero es parte de lo que estoy viviendo”, contó "Papu" Gómez desde Italia.
Sobre el momento en que recibió la sanción de dos años, relató: “Cuando me dan la pena máxima, se me cayó el mundo, veía muy lejana la suspensión. Habían pasado solo dos meses, no sabía si iba a seguir jugando, un día tenía ganas, al otro día decía ‘me retiro, con 37 años no voy a poder volver". Gómez reconoció que se enteró del doping positivo en pleno Mundial de Qatar, por un correo electrónico que le enviaron a su cuenta personal. Por eso, optó por el silencio y no se lo informó a sus compañeros, al cuerpo técnico de Lionel Scaloni ni a la dirigencia de AFA.
“Me llega por mail dos días antes de la final (contra Francia) que había dado positivo. En la final del Mundial que te llegue una noticia así es horrible, me enfermé esos dos días, estuve muy mal, estuve con fiebre, seguramente me bajaron las defensas. Imaginate festejando pero siempre con la cabeza en qué va a pasar”, recordó. “No se lo quise decir a nadie porque no quería que la gente esté en otro lado que no sea jugar la final del mundo. Me parecía muy egoísta de mi parte ir a contarle algo feo así a los chicos que estaban por jugar una final del mundo, así que me la guardé para después del partido”.
"Papu" contó que después de la final le contó al resto del plantel lo que había sucedido y que la reacción de sus compañeros fue sincera: “Cuando te cuentan algo así no es que podés decir mucho, decís ‘qué cagada, tranquilo, se va a solucionar’, cosas normales. Tampoco podés decir mucho. Después, obviamente viajamos hasta Argentina, 30 horas, los festejos, el caos, todo normal cada uno sigue con su vida”.
El día después a la suspensión
Desde entonces, ha trabajado con psicólogos para digerir la realidad, mientras sigue entrenando en soledad a la espera de cumplir los plazos y volver a jugar al fútbol.
“Aceptar que el personaje tal vez está llegando a su fin, soy una persona común y corriente, soy un padre de familia y tal vez el Papu Gómez está dejando de existir o deje de existir. Un poco trabajado en eso, en el ego de apagarlo un poco. Tratar de subsistir con el personaje, no con el Papu, sino con Alejandro, que vaya a equilibrado eso”, comentó. Además, agradeció a su esposa y sus hijos por el apoyo en ese tiempo.
A la hora de preguntarse por qué ha tenido que atravesar todo esto, analizó: “Tal vez sea una cuestión del destino. Yo muchas veces pensaba, ‘Si salgo campeón del mundo no juego nunca más’. Es una estupidez, pero a veces uno llama las cosas y la vida tal vez te las devuelve a su manera y tal vez la vida a mi me la devolvió de esta manera”.
En este punto, fue claro: “Lo que viví es feo, pero no es la muerte de nadie y me agarra en una etapa más madura con una carrera casi hecha. Si me agarraba a los 24 años tal vez hubiese sido un golpe más duro”.
Además, anticipó que está trabajando para volver a jugar el próximo año mientras espera que se cumplan los dos años: “No me gustaría retirarme así, me gustaría retirarme en una cancha”. Pero, avisó que su plan es encontrar algún club en Europa, preferentemente en Italia, donde vive con su familia, ya que no piensa en regresar a la Argentina.