Los planteles de Las Leonas y Los Leones tuvieron, como era de esperar, muchísimo apoyo en las tribunas en el arranque de la Pro League, en Santiago del Estero. Durante el año, son pocos los partidos que se disputan en Argentina, y las familias aprovechan cada oportunidad para decir presente. Lo particular de esta primera ventana de la temporada 2024-25 es que también tuvo presencia europea. Tal fue el caso de Aifric Morrisey y su hija, Ella Pasley, que llegaron desde Irlanda.
Más de 11.000 kilómetros separan al país del Viejo Continente de Argentina. Afric y Ella decidieron sortear ese enorme tramo, algo que significó varias horas de vuelo. ¿La razón? El debut en el seleccionado irlandés de Ben Pasley, hijo de Aifric y hermano de Ella, a sus 19 años.
“Fue un largo trayecto. Estoy muy contento por él, trabajó muy duro”, aseguró Afric a LA GACETA, sobre la posibilidad de su hijo de debutar con el “Trébol”. Pasley debutó ante Inglaterra el miércoles, y también tuvo minutos en el partido de ayer ante Los Leones.
El dúo pasó un par de días en Buenos Aires antes de arribar a Santiago del Estero, y destacaron el recibimiento de la gente. “La gente es muy amistosa, muy servicial. Se portan muy bien con nosotras”. Ante la consulta de sí hay sorpresa entre el público santiagueño por su presencia, Aifric admitió que sí.
Aifric reveló que solamente una familia más llegó desde Irlanda para ver los partidos en Santiago del Estero. “Es un largo viaje y clasificamos tarde a la Pro League, así que no estaba en nuestros planes. Muchas familias fueron a los Juegos Olímpicos en París, y además es fin de año”, explicó la mujer.
Además de la calidez de la gente, Aifric, con una cerveza en mano para combatir el calor santiagueño, elogió los bares argentinos. “Hay tiendas de café muy buenas”, destacó. Por otra parte, también remarcó la variedad de culturas existentes en el país. “En décadas anteriores vinieron muchos irlandeses. Es algo muy bueno en Argentina, hay muchas razas, una cultura muy mixta. Es lindo de ver”, concluyó, antes de dirigirse a la tribuna para disfrutar de una tarde de hockey, con el plus, lógicamente, de ver a su hijo en cancha. Ella, con un Campari, también siguió sus pasos.