Desde una dedicatoria especial hasta el festejo de una recibida: el torneo de Las Cañas tuvo un final repleto de emociones

El campeonato tuvo su desenlace en Yerba Buena, con historias de superación que le dieron color a una tarde inolvidable.

EL FESTEJO DEL CAMPEÓN. Tras igualar sin goles en tiempo regular, Ingenieros V derrotó a Tercer Tiempo desde los doce pasos, por 5 a 4 y celebró con euforia el título obtenido.

Por Gonzalo Cabrera Terrazas 15 Diciembre 2024

Después de dos semanas de espera por las lluvias, el Torneo Clausura de fútbol amateur de Las Cañas finalmente llegó a su jornada decisiva. La definición se jugó en 12 categorías, con finales de Copa de Oro, Plata y Bronce, llenando los dos predios de Yerba Buena con una emoción palpable.

Para los equipos, el objetivo iba más allá de ganar un trofeo o conseguir un lugar en el exclusivo sector VIP del tercer tiempo. Lo más importante era disfrutar del juego, divertirse y pasar un buen rato con amigos. Al final, la verdadera recompensa no estaba solo en la copa, sino en cada pase, en cada jugada y en la alegría compartida tanto con compañeros como con rivales.

En ese contexto, Patronato dejó su marca con una actuación sólida, al vencer a Los Ricoteros 2-0 y, sobre todo, emotiva. La entrada en calor del campeón de la categoría de Fútbol 11 Libres A ya anticipaba el clima festivo, que tuvo a un protagonista especial.

Ezequiel, hermano del mediocampista de San Martín Axel Salcedo, fue el centro de atención. Con su musculosa blanca que rezaba el versículo de Juan 11:4 “Si crees, verás la gloria de Dios”, pidió el balón ante las cámaras para practicar algunos pases y lucir su mensaje. Sus compañeros, entre risas, lo animaban: “¡Mostrá tu magia, ‘Eze’!”, exclamaban mientras rodeaban al mediocampista.

“A la musculosa la tengo hace dos meses. Surgió la idea viendo a los jugadores profesionales como Marco Di Cesare de Racing”, contó Salcedo. “Me impactó tanto que sentí que tenía que llevarla conmigo. Resume todo lo que estoy viviendo: creer y confiar en que, aunque no todo salga como uno quiere, siempre hay un propósito más grande”, aseguró.

A pesar de la enorme sonrisa de Salcedo al hablar de su fe, no siempre estuvo en este lugar. Hubo un tiempo en el que las frustraciones deportivas y los problemas personales lo alejaron del fútbol y, sobre todo, de sí mismo.

“Como todo chico que empieza a jugar al fútbol, uno sueña con llegar a lo más alto”, explicó el mediocampista de Patronato. “Pero las cosas no siempre se dan como uno quiere. En San Martín hice todas las inferiores hasta llegar al plantel profesional, donde me mantuve cinco años, pero lamentablemente no tuve la oportunidad de jugar. Después, aunque pude debutar en Federal A con San Jorge y pasé por Lastenia y por el fútbol santafesino, tuve que dejar todo por cuestiones económicas. Fue muy duro”, recordó Salcedo.

Pese a las adversidades, Ezequiel atesora lo vivido en San Martín y las personas con las que compartió. “Tuve a técnicos como Carlos Ramacciotti, Carlos Roldán y Darío Tempesta. También compartí con jugadores como Gustavo y César Abregú, Gonzalo Rodríguez, Gustavo Ibáñez y ‘Ring Ring’ Balborín. Por ahí hablo con ellos a través de las redes sociales y me dan su apoyo porque ven que subo fotos mías jugando o de la Biblia”, aseguró Salcedo, quien se mostró agradecido con la vida que le permitió encontrar a Dios.

“Hace tres años que entregué mi corazón a Jesús. Lo es todo para mí. Los tiempos de Dios son perfectos. No pude jugar profesionalmente al fútbol, pero me dio la oportunidad de jugar con amigos y disfrutando de una final”, concluyó Salcedo que festejó el proceso de reconversión con el título de campeón.

UN NUEVO COMIENZO. Ezequiel Salcedo realizó “pataditas” ante los aplausos y elogios de sus compañeros. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

Otra prueba superada

A unos metros de la final entre Patronato y Los Ricoteros, se definía la Copa de Plata, con otra historia de evolución.

El defensor Lucas Rodríguez mostró toda su alegría tras el pitazo final del árbitro que decretó el triunfo de La Perla FC sobre La Vieja Guardia por 3 a 1. No obstante, la sonrisa de “Luquitas” no se limitaba al resultado, sino a la satisfacción personal de haber superado un obstáculo inesperado: una lesión en los meniscos que lo dejó fuera de las canchas durante meses, un golpe duro tanto para su cuerpo como para su mente.

“Soy ‘profe’ de taekwondo, desde chico practico esta disciplina y soy profesional. En mayo volví a entrenar, pero me lesioné. Estuve dos meses fuera debido a una operación de rodilla. Esta no fue la primera operación, pero sí fue un proceso más difícil”, se lamentó Rodríguez, quien no solo estaba lidiando con el dolor físico, sino también con el desafío psicológico de aceptar que debía parar.

No obstante, Lucas nunca perdió la fe y así superó la prueba a la perfección. “El proceso no es solo físico, también mental. Si tu mente está fuerte, puedes superar cualquier cosa, eso es lo que le enseño a mis alumnos”, cerró.

OTRA FACETA. Lucas Rodríguez también se desempeña como taekwondista. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

Se hizo esperar

Con las finales consumadas, los festejos se apoderaron de la tarde en el sector VIP. Allí Luis Guillermo Céliz, técnico de la Sub-20 de Atlético, decidió celebrar de una manera única, un festejo que venía posponiendo desde el viernes por la tarde. Claro; sólo habían pasado unas horas de haberse recibido de Licenciado en Alto Rendimiento.

“Mi deseo era compartir el momento con ellos y por eso decidí priorizar esta final. Aunque somos competitivos, lo principal es disfrutar sin presiones”, concluyó el campeón de Camarilla FC.