A 57 años de la tragedia de San Guillermo: un recuerdo imborrable en El Mollar

En un accidente murieron 16 personas, jugadores e hinchas del club. Cada 24 de diciembre en el paraje afloran todos los recuerdos de aquella jornada.

CENTENARES DE PERSONAS. El funeral de los 16 fallecidos en la “Tragedia de San Guillermo” fue masivo y se realizó en el campo de juego del club de Casas Viejas. CENTENARES DE PERSONAS. El funeral de los 16 fallecidos en la “Tragedia de San Guillermo” fue masivo y se realizó en el campo de juego del club de Casas Viejas.

Es la hora 10.48 del 22 de diciembre, y la quietud y el silencio dominan la escena en El Mollar. Las calles de tierra están casi vacías y la mayoría de los habitantes prefieren refugiarse en sus casas debido al intenso calor. El portón del club San Guillermo, ubicado en la comunidad de Casas Viejas, está semiabierto.

Una pequeña cuerda con un nudo improvisado sostienen a las hojas de la entrada. “Referencia histórica nacional”, es una de las inscripciones en el metal. La pregunta es inevitable: ¿a qué alude? No es un equipo conocido por los títulos, tampoco tiene grandes representantes. Entonces, ¿por qué?

A lo lejos, un hombre aparece con un balde de albañilería. Saca una botella cortada y empieza a pintar los límites de la cancha. Después de varios minutos se acerca al ingreso y se identifica como Julio Peñalva, el presidente del club. “Se trata de la ‘Tragedia de San Guillermo’”, cuenta el dirigente, respecto de la curiosa inscripción.

El hecho sucedió el 24 de diciembre de 1967. Un camión en el que se trasladaban jugadores y simpatizantes del club fue arrollado por una creciente del río Tafí, en el badén que conectaba el centro de Tafí del Valle con La Banda. El saldo del accidente fue 16 muertos y 16 sobrevivientes.

El grupo se trasladaba a Rodeo Grande para jugar un partido frente a Peñarol correspondiente a la segunda rueda de la zona sur del campeonato de la Liga Deportiva de El Mollar.

PREPARATIVOS. Peñalva, presidente de San Guillermo, delimitó la cancha. PREPARATIVOS. Peñalva, presidente de San Guillermo, delimitó la cancha.

La tragedia continúa impregnada en las instalaciones del club. El mástil tiene una pequeña placa de Sportivo Guzmán para recordar a los fallecidos que data de cuatro días después del accidente. En aquel momento el “Juliano”, que había quedado a un paso de clasificar al primer torneo Nacional, se solidarizó con las familias de las víctimas y participó de un partido a beneficio para recaudar fondos.

El rival del equipo capitalino fue un combinado de los jugadores de la Liga del El Mollar, y el partido fue organizado por Humberto Rizza, el presidente de club de Villa 9 de Julio de ese entonces. Las crónicas de la época cuentan que Víctor Hugo Caro, el responsable del torneo tafinisto, había agradecido el gesto y había informado la suspensión del torneo de verano.

También hay un tinglado en construcción (aún le falta el techo) en el que hay otra placa con los nombres de los 16 fallecidos. Peñalva dice que en ese sitio se celebra la misa para recordar a las víctimas. La ceremonia, que se repite año tras año, se hará hoy a las 11. El presidente estima que este año concurrirán alrededor de 100 personas, la mayoría vecinos de Casas Viejas.

El acto religioso tiene tres partes: la oración del párroco, las palabras de los familiares de las víctimas y una comida a la canasta. “Es para mantener vivo el recuerdo y que se pase de generación en generación. El hecho es parte de nuestra identidad. Sobre todo de lo que es Casas Viejas”, indica.

El dirigente afirma que la mayoría de los vecinos tienen, al menos, un familiar o una víctima conocida y asegura que Ángel Cruz, de 78 años, es el único de los  16 sobrevivientes de la tragedia que continúa con vida.

Peñalva saluda amablemente y se apresta a continuar con las tareas organizativas. Limpia el tinglado, ordena las sillas, pone el candado y cierra las puertas. Eso sí; más allá del paso del tiempo, el recuerdo del trágico suceso está más firme que nunca.

Un monolito de letras borrosas

El “camino del perilago” es un pequeño trayecto que conecta de manera directa a Casas Viejas con el cementerio y la ciudad de Tafí del Valle. El camino es nuevo; está hecho de ripio y rodea todo el dique La Angostura. “Se creó hace menos de una década. Antes teníamos que dar toda la vuelta al lago”, dijo Luis Alberto Mamaní, hijo de Braulio Mamaní, uno de los 16 sobrevivientes de la “Tragedia de San Guillermo”.

El cementerio cuenta con un monolito para recordar a las víctimas del trágico accidente. El homenaje está ubicado en los alrededores de la “Cruz Mayor” (una figura que está por el sendero izquierdo del campo santo) y se trata de una pequeña construcción de ladrillos con dos placas: una de mármol y otra de metal, en la que se inscriben los 16 nombres de los fallecidos. “Lo que en vida apreciaste, en la muerte no te olvidan”, dice la placa que colocó el club San Guillermo en el primer aniversario de la tragedia.

DETERIORADA. La placa del cementerio no se encuentra en buen estado. DETERIORADA. La placa del cementerio no se encuentra en buen estado.

También tiene la particularidad de que la mayoría de los mausoleos y las tumbas de las víctimas están a muy corta distancias entre sí. Lo curioso es que ninguno tiene una referencia con los colores ni con el escudo del club. “Tenemos que hacer un mantenimiento del monumento; más que nada porque hay letras que están muy borrosas”, opinó Mamaní.

El badén en el que se produjo el accidente continúa en funcionamiento. A diferencia de los años 60 en los que río Tafí pasaba por encima del camino, el sitio cuenta con unos tubos de cemento para que atraviese el flujo de agua.

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