En el vasto mundo de los hábitos saludables, uno de los más simples y accesibles tiene millones de practicantes: tomar agua tibia en ayunas. Este sencillo ritual, practicado desde hace siglos en la cultura china, es aclamado tanto por expertos en salud como por aficionados al bienestar. Pero ¿qué hace realmente en el cuerpo?
Las redes sociales están llenas de testimonios que aseguran mejoras sorprendentes, desde una mejor digestión hasta un aumento de energía. Sin embargo, más allá de las opiniones, hay una serie de procesos fisiológicos que se activan al ingerir agua tibia antes de cualquier otro alimento.
Este sencillo hábito ayuda a drenar los riñones, estimular los intestinos y preparar el cuerpo para el desayuno, tras varias horas de inactividad nocturna. Distintas culturas piensan que el agua tibia o caliente, ya sea sola o como infusión de té, puede ser más sano que consumir el agua fría. También mezclada con algún jugo natural y otro producto.
Sin embargo hay que tener en cuenta que cada organismo es diferente, así como los gustos y necesidades. Es por ello que siempre es importante consultar a un médico o nutricionista antes de decidir un cambio de hábito para que brinde el mejor consejo profesional.
Qué beneficios tiene tomar agua tibia o caliente en ayunas
La medicina tradicional china aconseja iniciar el día con un vaso de agua caliente o tibia en ayunas.
De acuerdo a un estudio publicado en Natural Volatiles & Essential Oils (NVEO), beber agua caliente antes del desayuno podría acelerar el metabolismo hasta en un 25%, lo que facilitaría quemar grasa.
Ayuda al sistema digestivo. Al consumirse en ayunas, el agua estimula la producción de jugos gástricos, lo que ayuda a prevenir problemas como la indigestión o el estreñimiento. Con unas gotas de limón, se potencia el efecto.
Alergias y resfriados. Un vaso de agua tibia o caliente ayudará a diluir y expulsar la mucosidad que se presenta con el cambio de clima. Además, reduce la sensación de los escalofríos, bajando el esfuerzo por mantener la temperatura corporal.
Aporta energía. Arrancar el día con un vaso de agua caliente puede ser un impulso energético para afrontar tus actividades diarias. Ya que la combinación de hidratación y calor puede ayudarte a sentirte más alerta y concentrado, preparándote para un día productivo.
Desintoxicar el organismo. El agua caliente puede contribuir a eliminar toxinas acumuladas durante la noche y favorecer el funcionamiento del hígado y los riñones.
Regular el apetito. Aquellos que buscan perder peso o controlar tu apetito durante el día, tomar agua caliente en ayunas puede ser de gran ayuda: sentirse más lleno podría llevarte a consumir menos calorías durante el día.
Piel saludable y brillante. Beber agua caliente en ayunas mantiene la piel hidratada desde el interior. Esto contribuye a una apariencia más luminosa y fresca, ya que el agua caliente ayuda a mejorar la circulación sanguínea, lo que a su vez puede reducir la aparición de imperfecciones y dar un brillo natural.