El Nevado Ojos del Salado es un estratovolcán perteneciente a la Cordillera de los Andes, que se encuentra sobre el límite entre la Argentina y Chile. Con 6.891 metros es el volcán más alto de la Tierra, y la segunda cima de los hemisferios sur y occidental, siendo sólo superado por el Aconcagua (6.960).
”Ojo” se le llama en la zona de los Andes a la naciente de un manantial, que significa “Nacientes del río Salado”. Aunque el río Salado nace de las laderas occidentales del volcán Walter Penck, se lo nombró de esa manera porque, antiguamente, se consideraba a esa montaña parte del llamado Cordón del Ojos del Salado, que es la cumbre más alta. El Ojos del Salado no existía en la cartografía del Instituto Geográfico Militar de finales del 1800: había croquis y mapas de aquella época que lo ubicaban más al norte y con 6.100 metros de altura cuando, en realidad, el cerro indicado como Ojos del Salado era otro menor conocido actualmente como el Cerro Vicuñas ubicado a 12 km al noroeste. Recién se reconoce al Ojos del Salado en los mapas oficiales a mediados de los años 1920.
En este volcán se destacan tres cumbres alineadas de este a oeste: la principal de 6.893 metros de altura, la central de 6.752 metros de altura y la oeste de 6.721 metros de altura. La primera ascensión fue realizada por la famosa segunda expedición polaca a la Argentina que entró por Cazadero Grande y estableció su campamento base en el paraje Tres Quebradas. Dos de sus integrantes alcanzaron la cumbre, por primera vez, el 26 de febrero de 1937 por la cara suroeste.
Incertidumbre de altura
A partir de ese momento, se desarrollan expediciones tucumanas desde los años 1950 en el afán de alcanzar la cumbre siguiendo las huellas de los polacos. Pero entre quienes se acercaron a la meta comenzaron las discrepancias acerca de la altura real del Ojos.
El problema se volvió internacional y tomó cartas en el asunto una personalidad del montañismo mundial: Adams Carter, presidente del American Alpine Club. El estadounidense se trasladó a Chile y, mediante la nivelación trigonométrica, señaló una altura de 6.885 metros dando por terminado el episodio. No obstante esto los tucumanos regresarán protagonizando el quinto ascenso de Alfredo Bolsi y Wilfried Coppens en enero de 1957.
En los primeros días de 1958 alcanzó la cumbre la expedición Halcón que informó que la altura superior era de más de 7.000 m. Entre 1957 y 1958, el ingeniero Rafael Sánchez de la Universidad Nacional de Tucumán, mediante triangulación trigonométrica, determina con exactitud la altura del coloso: 6.900 metros, lo que derribó con los postulados de los escaladores tucumanos sobre la posibilidad de que superara los 7000 m.