Franco Colapinto logró un hito significativo para el automovilismo argentino al ser fichado por Alpine como piloto de reserva tras intensas negociaciones. Aunque ninguno de los equipos contaba con un asiento titular para ofrecerle, esta decisión plantea preguntas sobre los costos y beneficios que implica. ¿Por qué Alpine invierte tanto en un piloto de reserva? ¿Qué gana la escudería con esta operación?
Más allá de su talento evidente, el atractivo comercial del piloto argentino ha sido clave. Durante su paso por Williams, Colapinto demostró ser más que un corredor rápido: atrajo patrocinadores de peso desde Argentina, un mercado prácticamente inexplorado en la Fórmula 1. Según James Vowles, jefe de Williams, las empresas argentinas estaban dispuestas a pagar precios de mercado por publicidad en el coche, impulsadas por la popularidad del piloto.
Para Alpine, que enfrenta la pérdida de patrocinadores clave como BP, Castrol y Kappa, Colapinto representa una oportunidad para recuperar ingresos. Su contratación no solo busca asegurar talento en la pista, sino también generar un impacto económico tangible a través de nuevos auspiciantes y el fortalecimiento de la marca en América Latina. La cifra desembolsada por la escudería francesa para asegurar a Colapinto asciende a 20 millones de dólares, en una estrategia similar a la empleada por Flavio Briatore para lanzar las carreras de Michael Schumacher y Fernando Alonso.
Esta temporada Colapinto asumirá el rol de piloto de reserva, un puesto clave dentro de las escuderías de la máxima categoría. Este papel implica estar preparado para reemplazar a los pilotos titulares, en este caso, Pierre Gasly y Jack Doohan, en caso de necesidad. Además, los pilotos de reserva deben estar presentes en todas las carreras del calendario y desempeñar un rol crucial en el desarrollo técnico del equipo.
Utilizando simuladores avanzados, los pilotos de reserva prueban configuraciones, actualizaciones y estrategias que pueden aplicarse en la pista. Estas pruebas, muchas veces realizadas fuera del ojo público, son esenciales para optimizar el rendimiento del monoplaza y adelantarse a los retos técnicos durante un Gran Premio. También suelen participar en sesiones de práctica libre en determinados eventos, lo que les permite acumular experiencia directa con los monoplazas y familiarizarse con las condiciones reales de carrera.
En los últimos años, la Fórmula 1 ha implementado normas para fomentar la inclusión de jóvenes pilotos. Cada equipo está obligado a ceder su monoplaza al menos dos veces por temporada a debutantes, y en 2025 esta regla se ampliará para ofrecer aún más oportunidades. Alpine probablemente aprovechará esta normativa para darle tiempo de pista a Colapinto en sesiones oficiales, una experiencia fundamental para su futuro en la escudería.
Dentro de Alpine, Colapinto compartirá responsabilidades con otros pilotos vinculados al desarrollo del equipo, como Paul Aron y Ryo Hirakawa. Esta dinámica ha sido un trampolín para figuras actuales de la Fórmula 1, como Oscar Piastri y Liam Lawson, quienes comenzaron como reservas antes de conseguir un asiento titular. Además, los rumores apuntan a que el debut oficial de Colapinto podría darse antes de lo previsto. Jack Doohan, actual piloto titular de Alpine, está bajo presión por su rendimiento, y su continuidad depende de las primeras seis carreras del año. En este contexto, Colapinto podría aparecer en la parrilla ya en el Gran Premio de Miami si los resultados de Doohan no cumplen las expectativas.
La presentación del argentino estuvo marcada por un despliegue mediático inusual para un piloto suplente, lo que sugiere que Alpine confía en él como una pieza clave para el futuro. Declaraciones como las de James Vowles refuerzan esta idea: "Este acuerdo es la mejor oportunidad para que Franco asegure un asiento de carreras en 2025 o 2026".
Alpine no solo adquiere a un piloto con nueve carreras de experiencia en Fórmula 1, sino también un activo comercial. Su llegada puede ayudar a compensar pérdidas financieras recientes y posicionar a la escudería como una opción atractiva para futuros patrocinadores. Además, su presencia revitaliza la dinámica interna del equipo, fomentando una competencia sana entre Doohan y Colapinto.
La Fórmula 1 es un negocio despiadado, donde las decisiones están dictadas por resultados y retornos de inversión. Alpine no puede permitirse el lujo de esperar a que un piloto "madure" si no rinde al nivel esperado. Para Colapinto, el desafío está claro: demostrar que su fichaje no es solo una estrategia de marketing, sino una decisión deportiva acertada. Para Alpine, el tiempo dirá si esta apuesta rinde frutos, tanto en los números como en los resultados.