"¿Dónde están las feministas?", el descargo de una agrupación de Atlético Tucumán

La agrupación integrada por mujeres se refirió a la llegada de Brizuela al "Decano" y al hostigamiento que sufrieron en las redes sociales.

¿Dónde están las feministas?, el descargo de una agrupación de Atlético Tucumán
21 Enero 2025

La contratación de Miguel Brizuela como refuerzo de Atlético Tucumán alteró la tranquilidad de la pretemporada del equipo de Facundo Sava. El futbolista que en 2020 había sido separado del plantel de Vélez tras ser denunciado por violencia de género por parte de su pareja y luego otra por presunto abuso sexual, desató un sin fin de reclamos por parte de simpatizantes, a pesar que la primera acusación fue desestimada y la segunda, archivada. Las críticas apuntaron contra la directiva y contra un espacio integrado por mujeres hinchas de Atlético, pero que no dependen del club.

Desde su creación, la agrupación Mujeres CAT ha trabajado arduamente para visibilizar y erradicar las problemáticas de violencia de género en el club Atlético Tucumán. Con propuestas concretas, actividades autogestionadas y un compromiso inquebrantable, sus integrantes enfrentaron múltiples desafíos en su intento de transformar la cultura institucional. Sin embargo, el escaso apoyo recibido y la falta de participación en los espacios organizados por ellas generaron un desgaste que las llevó a replantearse su rol en la institución.

Recientemente, la agrupación expresó su enérgico repudio a la contratación del jugador Miguel Marcelo Brizuela, cedido a préstamo por Vélez, una decisión que consideraron incompatible con la lucha por la erradicación de la violencia de género y contraria al Estatuto del club, pese a que Brizuela ni siquiera está formalmente acusado o procesado en ambos casos. Este episodio reavivó viejas tensiones con la dirigencia y evidenció una problemática más profunda: “falta de compromiso institucional para abordar estas cuestiones de manera seria y efectiva”, según comento Paula Sosa integrante de Mujeres CAT.

Desde sus inicios, Mujeres CAT presentó iniciativas para promover una perspectiva de género en el club, incluyendo capacitaciones y talleres dirigidos a dirigentes y trabajadores. “Nuestra idea era generar herramientas para intervenir en casos de violencia. En ese marco, propusimos la creación de un Departamento de Género”, explicó Sosa.

Aunque algunas integrantes fueron convocadas para formar parte del Departamento de Equidad y Género, las expectativas se desvanecieron rápidamente. “La conformación del departamento fue una fachada. No hubo apoyo ni voluntad política para garantizar su funcionamiento, lo que llevó a la renuncia de quienes lo integrábamos”, sostuvo.

La falta de respuestas institucionales no fue el único obstáculo. En muchas ocasiones, los talleres y capacitaciones organizados por la agrupación carecieron de asistencia por parte de entrenadores y otros actores clave. “Siempre iban dos chicas de hockey, dos de fútbol femenino y nadie más”, sentenciaron desde la agrupación. Esta indiferencia no solo desmotivó a las integrantes, sino que también dificultó la posibilidad de generar un cambio real en el club.

“Es desgastante, pero aquí estamos. Nos sentimos orgullosas de haber sido pioneras en el Norte al crear un grupo de mujeres dentro de un club social y deportivo. Sin embargo, es frustrante que nuestro trabajo no haya tenido el impacto que esperábamos”, admitieron.

A pesar de estas dificultades, continuaron llevando adelante actividades por su cuenta, como la DKFeria y eventos para las infancias y familias decanas. Sin embargo, la falta de participación de la comunidad y las autoridades del club en estos espacios las obligó a limitar su accionar. “Nos ilusionaba generar un cambio real, pero la indiferencia fue un golpe duro. No queremos que nos violenten más, ni en la dirigencia, ni en las tribunas, ni representando nuestra camiseta”, afirmaron, en referencia al acoso que recibieron en las últimas horas. Un grupo de hinchas, a través de redes sociales, les exigió respuestas: “Nos dicen ‘¿y dónde están las feministas?’ Como si fuéramos nosotras quienes tomamos decisiones dentro del club”, agregó Sosa. 

A pesar de su alejamiento, no pierden la esperanza de que la realidad institucional de Atlético Tucumán cambie. “Soñamos con un club donde se respete el trabajo colectivo, se valore la perspectiva de género y podamos sentirnos seguras y representadas”, expresaron. Para ellas, sin el apoyo de las autoridades y la participación activa de la comunidad, los esfuerzos por erradicar la violencia y promover la igualdad quedan limitados a gestos simbólicos.

“Queremos que las futuras generaciones encuentren un club mejor, más inclusivo y comprometido”, concluyeron.

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