El ex presidente de la Federación Española de fútbol español Luis Rubiales se sienta en el banquillo a partir del lunes por el beso forzado que le dio en la celebración del Mundial de 2023 a Jenni Hermoso y las subsiguientes presiones para que la jugadora lo justificara.
La Fiscalía pide para el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) una pena de dos años y medio de cárcel: uno por agresión sexual y año y medio por las coacciones.
Desde una reforma del Código Penal español el año pasado, un beso no consentido puede considerarse agresión sexual, una categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual.
Junto a Rubiales se sentarán en el banquillo hasta el 19 de febrero en la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares, localidad cercana a Madrid, el exentrenador de la Roja femenina, Jorge Vilda, y dos exdirigentes de la RFEF, Rubén Rivera y Albert Luque.
La Fiscalía solicita para ellos año y medio de cárcel por haber participado en las coacciones a Hermoso.
Falso feminismo
El escándalo comenzó ante los ojos del mundo entero el 23 de agosto de 2023, cuando las jugadoras de la selección femenina española, tras haber ganado el Mundial en Sídney, llegan al podio, donde las esperan el presidente de la FIFA Gianni Infantino, la reina Letizia de España y Rubiales.
Cuando va a felicitar a Jenni Hermoso, la número 10, Rubiales le agarra la cabeza y le planta un beso en los labios, antes de soltarla tras darle dos palmaditas en la espalda.
El gesto genera reacciones de indignación, rechazadas por el patrón del fútbol español, quien afirma que se trató de "un pico de amigos celebrando" y que fue consentido.
Unos días más tarde, mientras se multiplican las condenas tanto en España como a nivel internacional, Rubiales afirma desafiante en una asamblea general extraordinaria de la federación que no renunciará y dice ser víctima de un "falso feminismo".
Ofendida por las declaraciones, Hermoso abandona el silencio y afirma en un comunicado ser "víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento" por su parte.
"Me puse a llorar"
"Me puse a llorar", tras el beso, afirmó Hermoso en un documental emitido en Netflix, titulado "Se acabó", que muestra el enfado de las jugadoras por el hecho de que su victoria en el Mundial se viera eclipsada por el escándalo.
Rubiales, quien es también investigado judicialmente por presunta corrupción y contratos irregulares mientras estuvo al frente de la RFEF entre 2018 y 2023, cedió a la presión y dimitió el 10 de septiembre de 2023.
Este caso evidenció que incluso "en los espacios más públicos, con más ojos mirando (...) la violencia en distintos grados se podía perpetrar precisamente por la incapacidad de ciertos hombres de percibir que están ejerciendo violencia", estima Isabel Valdés, periodista a cargo de las cuestiones de género en el diario El País.
Hermoso, quien ahora juega en México, se convirtió en símbolo de la lucha contra el sexismo en el deporte. La etiqueta #SeAcabó, lanzada por las jugadoras de la Roja para denunciar la violencia machista y el trato desigual frente a sus pares masculinos, es común en las redes sociales.
En el documental de Netflix, Hermoso cuenta que la RFEF le pidió grabar un video para decir que el comportamiento de Rubiales no había sido "nada" y que fue producto "de la alegría" y "la euforia" del momento.
Alexia Putellas, estrella de la selección española y dos veces Balón de Oro que deberá declarar en el juicio, criticó en el documental que el objetivo fuera "proteger al presidente" aun si eso suponía "llevarse por delante a Jenni".