![Trump y Milei. Imagen de archivo.](https://imgnovel.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2025/02/06/1200x675_trump-milei-imagen-archivo-1070084-121732.webp)
El reciente anuncio de Donald Trump sobre nuevos aranceles del 25% sobre las importaciones de acero y aluminio hacia Estados Unidos, genera un escenario de incertidumbre para las empresas metalúrgicas de Argentina, afectando especialmente su competitividad, la demanda de productos y, potencialmente, la estabilidad del empleo en un contexto de tipo de cambio desfavorable.
El presidente de Estados Unidos (EEUU) informó este domingo que formalizará esta medida el lunes y, entre martes y miércoles, anunciará aranceles recíprocos, los cuales ajustarán las tasas de acuerdo a las tarifas que cada país imponga a los productos estadounidenses. “Muy simple: si nos cobran, les cobramos”, sentenció Trump, en lo que representa una escalada de su estrategia comercial proteccionista.
Si bien los aranceles afectan principalmente a países como Canadá, Brasil y México, los cuales son los principales exportadores de acero hacia Estados Unidos, las empresas argentinas, que dependen de las exportaciones de metales, también sufrirán las consecuencias de esta medida. La industria argentina de acero y aluminio se enfrenta a un panorama complicado, ya que podría verse obligada a ajustar sus precios para mantenerse competitiva en un mercado global cada vez más limitado, consignó el sitio de noticias "Ámbito".
En diálogo con Ámbito, Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), advirtió que los aranceles impactarán de manera significativa en empresas argentinas, como Aluar, especializada en la producción de aluminio, y el Grupo Techint, con sus empresas Tenaris y Ternium, que juegan un rol clave en la exportación de metales.
Para Aluar, que destina alrededor del 65% de su producción de aluminio primario al mercado internacional, la nueva medida podría resultar en una baja considerable de la demanda, dado el incremento de precios generado por los aranceles adicionales.
"Esto podría traducirse en una caída importante en la producción local, lo que afectaría directamente el empleo y la cadena de valor asociada a estas industrias, generando un impacto negativo en la economía de la región y aumentando las dificultades para los trabajadores del sector", explicó Anzalone.
Además, el efecto de estos aranceles podría verse intensificado por la volatilidad del tipo de cambio, lo que hace aún más difícil para las empresas argentinas competir en el mercado internacional, afectando tanto a los productores como a los consumidores de productos metálicos.
En este contexto, la industria metalúrgica argentina enfrenta un desafío crucial: adaptarse a las nuevas condiciones impuestas por las políticas arancelarias globales sin comprometer su capacidad productiva ni la estabilidad del empleo. Sin una estrategia clara y efectiva de diversificación de mercados y ajuste en sus costos, las empresas del sector corren el riesgo de ver mermada su competitividad, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para el crecimiento de la industria nacional.