
La advertencia que hizo el asesor azucarero Horacio Ibarreche caló hondo en la actividad. El historiador había propuesto una serie de herramientas para evitar el colapso de uno de los principales cultivos de la provincia. “Urge encarar renovados cursos de acción para evitar males mayores. El destruido precio actual de $ 24.000 la bolsa, que resulta inferior a valor nominal al de hace un año y medio, encontrará severas dificultades de recuperación si nada se hace, dado que el próximo ciclo productivo anticipa una gran sobreoferta de azúcares”, argumentó, frente a la caída de los precios.
Lejos de pensar que este desafiante escenario puede implicar un serio riesgo para ese sector, el industrial azucarero Jorge Rocchia Ferro considera que puede ser “una oportunidad espectacular para poder crecer. “Para alcanzar este objetivo no hay que hablar de que estamos frente a una sobreoferta, una superproducción, una situación del clima adverso para los cultivos o que los precios están deprimidos. Lo que tenemos que observar y analizar es una estrategia para buscar más mercados”, remarca el titular de la Compañía Azucarera Los Balcanes.
En esa orientación, el también presidente de la Unión Industrial de Tucumán (UIT) expresa que, si es necesario, “Tucumán debe tener más ingenios para moler tanta cantidad de caña de azúcar y producir más alcohol”. “No hay que tenerle miedo al crecimiento y, para eso, podemos adoptar el modelo brasileño”, enfatiza. En ese sentido, Rocchia Ferro apunta que ese esquema tiende a mejorar la producción de azúcar crudo y blanco, además del alcohol. ”Ellos (por Brasil) producen 39.000 millones al año y suben el corte (de nafta) al 30%, como también lo hacen en Paraguay”, acota.
El industrial azucarero considera, además, que en el mercado de exportaciones del producto, el endulzante cotiza a 350 dólares, “que no es un valor malo, como el que se paga en el mercado interno”. ¿Por qué es necesario crear un ingenio más si es que la historia muestra que la actividad tiende a achicarse?, se le consultó. “Hay un stock de muchos kilos, en el que se mueven 18 millones de toneladas y la producción es creciente. Entonces se requieren más establecimientos fabriles para ampliar la capacidad existente”, responde.
A su criterio, los actores de la actividad “estamos obligados a pensar en grande, como lo hace Brasil, que no espera qué sucederá con los cultivos si caen heladas o hace mucho calor, si el mercado es esquivo para la producción de azúcar o si caen los precios internacionales. Tenemos que copiar, porque ese modelo ha sido exitoso, y eso requiere también más puertos, más transporte y más logística”, enfatiza.
Azúcar transgénica
Rocchia Ferro apuesta al cultivo de caña de azúcar transgénica y anticipa que el 4 de abril el ingenio La Florida, parte del grupo Los Balcanes, arrancará la molienda, una fábrica que podría marcar el inicio oficial de la presente zafra.
En su exposición a nuestro diario, Ibarreche había enumerado algunas crisis que han debilitado a la industria azucarera tucumana y que, frente a esos antecedentes, los actores productivos debían adoptar medidas para evitarlas. “La de 1895 determinó el cierre de decenas de ingenios que no pudieron sobrevivir a la caída fenomenal de los precios. En 1902, otra superproducción llevó al dictado de las ‘leyes Machete’, que culminaron con el descepe de muchos cañaverales. La de 1965 contribuyó al cierre posterior de ingenios en 1966 y 1967. Vale entonces intentar hacer algo y pronto. Para ello, se debe establecer un mecanismo de emergencia solo para la zafra 2025. Dejarla a esta al incierto destino de ver qué pasa en el camino o librada a la buena voluntad de algunos operadores es peligroso”, enumeró el autor de la “Historia azucarera argentina”.