Por Bruno Farano
22 Febrero 2025
UNA PALIZA. El planteo de Ancelotti fue muchísimo más eficaz que el de Pep. El Madrid sigue en carrera; el City quedó envuelto en una crisis.
El fútbol es un arte que no tiene guión. Se trata un constante duelo entre la razón y la inspiración. Y la serie entre Real Madrid y Manchester City los 16vos de final de la Champions League puede llegar a dejar varias sentencias a futuro. Pragmatismo o lirismo. ¿Cuál es la mejor opción? ¿Por qué Pep Guardiola no lograr encarrilar un equipo que está plagado de figuras? ¿Cómo hace Carlo Ancelotti para mantenerse en la cima durante tanto tiempo? ¿Puede esta derrota transformarse en una amenaza que pueda llegar a destruir el “guardiolismo”?
Ancelotti es el estratega sereno que navega las tormentas con la paciencia de un viejo capitán. Él maneja su barco según el viento y sabe salir indemne hasta de las peores tormentas. Mientras tanto, Guardiola semeja ser un arquitecto obsesivo que pretende que sus pupilos tracen cada pase como si fuera el verso en un poema perfecto.
El italiano le dio una verdadera paliza a Guardiola; en Inglaterra, pero principalmente en España, y volvió a salir vencedor de un duelo ante el catalán: en total fueron 10 los enfrentamientos entre sí, con seis victorias para ‘Carleto’, dos empates y tan sólo dos triunfos para Guardiola.
En el Etihad Stadium y en el Santiago Bernabéu, el pragmatismo y el lirismo se miraron a los ojos, se desafiaron, se contradijeron y volvieron a traer a colación un viejo debate en el mundillo futbolero. ¿Es mejor la mano firme del navegante o la pluma del poeta? ¿Importa el camino o sólo llegar a la meta con el resultado deseado?
Ancelotti dio una lección de cómo plantear un partido definitorio
En ambos duelos, cada intérprete apostó a lo suyo. “Pep” y su City intentaron manejar la posesión, proyectar los laterales, hacer “ancha” la cancha, apelar a la rotación y buscar los espacios para lastimar a su rival. Ancelotti, cual viejo zorro, no se obnubiló con los nombres propios. Pese a que el “Merengue” está plagado de futbolistas de selección, no se puso colorado y replegó sus fuerzas. Así, agazapado esperó la chance de liquidar a su oponente.
Si el resultado de la ida ya le era favorable (Real Madrid había ganado 3 a 2 en Inglaterra), el plan de Ancelotti fue mucho más preciso en la revancha. En una hora de partido su equipo ya ganaba 3 a 0 gracias al triplete de un encendidísimo Kylian Mbappé.
El City nunca dejó de lado su estilo. Ni siquiera cuando estaba tres goles abajo en la eliminatoria dejó de manejar la pelota ante un rival que estaba cómodo parado cerca de su arquero.
Hay entrenadores que hacen de las diferentes filosofías un verdadero culto y no la modifican por nada del mundo. Sin embargo, Ancelotti volvió a demostrar que el sistema y las formas están por encima de cualquier nombre. Apeló al plan que más se ajustaba a la situación, pegó otro pleno y dejó al guardialismo en jaque, y apuntado por las todas las críticas.
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