El "Santo" no encuentra el camino y vuelve a casa con otro empate

Aunque fue superior en ocasiones, Martos sigue sin encontrar la fórmula

DECERCA. Gustavo Abregú (5) presiona a Nicolás Pantaleone (3), defensor de Tristán Suárez. El mediocampista central jugó un flojo partido. DECERCA. Gustavo Abregú (5) presiona a Nicolás Pantaleone (3), defensor de Tristán Suárez. El mediocampista central jugó un flojo partido.

El invicto goza de buena salud, aunque está claro que a este San Martín le cuesta lo indecible ganar. Su tercer empate consecutivo, esta vez en cero y en casa de Tristán Suárez, el cuarto en seis partidos, es prueba de ello.

Es cierto, en el marco de un partido entre pobre y pobrísimo en el estadio “20 de octubre”, si hubiera tenido que haber un ganador, ese debería haber sido el “Santo Tucumano”, que goleó 3-0 al “Lechero” en situaciones de gol, todas ellas en una misma jugada y con Nicolás Sumavil como triple verdugo.

Es que Sumavil le sumó un punto a Tristán Suárez y le restó dos a San Martín con sus notables intervenciones al final del primer tiempo.

El exarquero de Platense se vistió del “Pato” Fillol y del “Dibu” Martínez, mientras los jugadores de San Martín realizaron algo similar a un “tiro al blanco” en una suerte de feria de pueblo, pero sin éxito.

No pasó casi nada durante los 42 minutos previos. Y de pronto, Juan Cruz Esquivel, desde su campo, puso a correr a Nicolás Moreno, quien alargó demasiado y se encontró con Sumavil encima. El rebote lo tiró Franco García al cuerpo del arquero.

En el segundo rebote, Juan Cuevas la tenía más difícil, porque varios defensores hacían más chico el arco. Y otra vez, Sumavil elevó su estatura para privar a San Martín de ponerse en ventaja justo antes del intervalo.

El contraataque (o pase al vacío) parece ser el sino del equipo de Ariel Martos. Así como ocurrió en Lomas de Zamora con el gol de García, casi se repitió en Tristán Suárez en esa triple ocasión.

Y eso que el entrenador decidió meter mano en la anemia ofensiva de su equipo y cambió de esquema. Tres delanteros, con la novedad de Nicolás Moreno como ariete, y con García y Esquivel como laderos.

Vale la intención. El tema es que juntar más nombres ofensivos no garantiza más llegadas claras, sobre todo cuando falta volumen de juego. Con poca asociación con la pelota, la visita volvió a su apuesta preponderante original, la de jugar a los espacios, casi exclusivamente de contra.

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Gustavo Abregú volvió a la titularidad y con él retornó el doble cinco “tradicional” con Matías García, y con Cuevas, suelto por delante de ellos. Con menos volantes de lo habitual, el mediocampo, sobre todo en la media hora inicial, fue una autopista prácticamente sin peajes.

Aunque claro está, el “Lechero”, aunque compacto, mostró todas sus limitaciones, impropias de un líder de zona, a la hora de ser preciso de tres cuartos en adelante. Y mostró numerosas grietas a la hora de defenderse.

Un dolor de ojos, eso terminó siendo el primer tiempo, hasta esa jugada en la que apareció Sumavil en toda su dimensión. Además de ello, apenas hubo un zurdazo de Cuevas desde fuera del área que se fue cerca del palo. Y unas aproximaciones inocuas del conjunto de José María “Pancho” Martínez.

El fútbol sabe ser cruel. Moreno erró el primer “tiro al blanco” y minutos después dejó el campo llorando, por una aparente lesión en la rodilla. Con Martín Pino en Tucumán, le llegó la hora a Mauro Verón, después de mucho tiempo sin jugar.

Y sin brillar, el equipo de Martos fue superior en la primera mitad del complemento, mostrando mejores combinaciones en campo rival.

Por entonces, Suárez le hacía de espejo: se paró más atrás y lo esperó, con la intención de salir de contra, un argumento al que prácticamente ya no pudo apelar el visitante, que se encontró siendo dueño de la pelota y sin muchas ideas de qué hacer con ella.

Pero al final, terminó dejando una mínima mejor imagen San Martín que su rival, sobre todo a partir de los ingresos de Ulises Vera y Gabriel Hachen, prometedores como siempre.

Sin embargo, como San Martín se ha olvidado de ganar por ahora, sus hinchas se resignan a empatar y sumar, con la esperanza de seguir cerca de la cima de la Zona A mientras esperan tiempos mejores.

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