

“La vida es bella” se titula una película italiana dramática estrenada en 1997, escrita, dirigida y esteralizada por Roberto Benigni. El protagonista, encerrado en un campo de concentración junto a su hijo en plena Segunda Guerra Mundial, encuentra la manera de ver las peores cosas con una sonrisa. Así como en ese filme, muchos tucumanos encontraron, durante la pandemia, en medio de la incertidumbre y del encierro, una manera de transformar la angustia en algo positivo.
El confinamiento les robó la rutina, pero les regaló el tiempo para redescubrir su cuerpo, su fuerza y su resistencia. Algunos improvisaron gimnasios en su casa, otros hicieron del aire libre su refugio. Y cuando el mundo se reabrió, ellos ya eran distintos: habían encontrado en la actividad física un nuevo sentido, una forma de resistir y renacer.
Como un ave fénix que renace de las cenizas, la actividad física pareció resurgir con fuerzas en nuestra provincia luego de la pandemia. El encierro y la incertidumbre despertaron en muchos la necesidad de cuidar su cuerpo y su mente. De esa manera, encontraron en el ejercicio un refugio y una forma de canalizar sus emociones.
“Creo que lo único bueno que entregó la pandemia es cambiarle la cabeza a mucha gente. Muchas personas comenzaron a priorizar su físico, su bienestar y su calidad de vida”, afirmó Ricardo Salguero, (53 años), quien practica deportes casi desde la infancia.
Salguero comenzó en bicicleta de ruta, pasó por el motocross y luego terminó en el mountain bike; siempre de manera competitiva. “Durante ese período creo que se formó una consciencia del cuidado porque mucho de los casos que terminaron en la muerte eran por exceso de peso, por problemas en los pulmones y en el corazón, o porque no hacían ningún tipo de actividad física”, expresó.
Las plazas, los parques y los senderos de Tucumán se convirtieron en el escenario de un renacer. El aire libre, antes un espacio casi relegado, se transformó en un santuario para quienes buscaban escapar del encierro y conectarse con la naturaleza. “Durante la pandemia creo que todos recibieron mucha información acerca de la importancia de entrenarse. Además, el estar encerrado hizo que muchos tuvieran el deseo de salir a buscar recreación al aire libre”, explicó Matías Osado, profesor de Educación Física.
“Mucha gente se volcó a la actividad física y hasta creo que se abrieron más gimnasios, escuelas de trail, de running y de mountain bike. La actividad física al aire libre comenzó a tener mayor auge”, agregó el propietario de Centro de Entrenamiento Funcional y fundador de CEF trail.

Si bien el auge de la actividad física ya era una tendencia en los últimos años, la pandemia actuó como un catalizador, acelerando un cambio de paradigma en la sociedad tucumana. Samuel Semrik es médico deportólogo y trabajó de manera profesional en San Martín y en otros clubes de la provincia. Como alguien vinculado a las ciencias, prefirió no tomarse tan a la ligera el hecho de que la pandemia haya cambiado las costumbres, en manera deportiva, de los tucumanos.
“En realidad el hábito de la actividad física y el cuidado del cuerpo se transformó en una tendencia en los últimos años. La pandemia parece haber generado, en algunas personas, la consciencia de estar mejor, de vivir mejor y de cuidarse porque no se sabe cuándo puede ocurrir algo. Otros, quizás, se enfermaron y debieron comenzar a hacer actividad física para poder vivir mejor. Pero más allá de eso, creo que son todas percepciones. No me gusta hablar mucho sin que haya algún sustento científico o algún estudio que pueda probarlo”, resaltó.
Los desafíos
A pesar del entusiasmo y de la creciente conciencia sobre la importancia de la actividad física, aún existen desafíos por delante. La falta de espacios seguros para la práctica de deportes al aire libre es una de las principales reocupaciones. “No hay un lugar de sendas seguras para correr en todo Tucumán. O tenés que cruzar la calle o hay autos... No hay un lugar parquizado, con bebederos, en los que las personas puedan ir a realizar actividad física sin problemas. Creo que deberíamos seguir dándole importancia a eso y tratar de mejorar”, señaló Osado.
Sin embargo, el espíritu de superación y la pasión por el deporte que se despertaron durante la pandemia son un motor para seguir avanzando. Como en “La vida es bella”, los tucumanos encontraron en la adversidad una oportunidad para crecer y transformar su realidad, demostrando que la actividad física es mucho más que un ejercicio: se trata de una forma de vida.