El lector Javier Guardia Bosñak (carta “La culpa no es del chancho”, 1/04) confunde mis expresiones respecto del ejercicio responsable del poder y deber ciudadano. Y lo hace con una lectura sesgada de la historia reciente y para colmo pretende comparar las figuras de Yrigoyen y Perón con las de una jefa de una asociación ilícita, Cristina Kirchner, condenada y con causas aún pendientes como Hotesur y los Sauces y la causa Cuadernos, que se dilucidarán a partir de mayo, cuando esté sentada en el banquillo junto a sus hijos. Habla de la fortuna y las cuentas declaradas de ella. Pregunta: ¿qué hacía en las Islas Seychelles o Turk And Kaikos, paraísos fiscales, en vuelos pagados con dinero de los argentinos? Como también me pregunto si los 5 millones de dólares confiscados por la Justicia de una caja de seguridad bancaria a nombre de su hija eran fruto de la venta de productos cosméticos, o si el patrimonio de 400 millones de pesos de Máximo Kirchner es la resultante de su actividad productiva en favor de la nación. Este personaje político, junto a Néstor Kirchner, sí hicieron fortuna con la Circular 1050 durante la dictadura, contando para ello con información privilegiada proporcionada por quien luego sería socio, testaferro y gran terrateniente, Lázaro Baez, en aquella época un simple cajero bancario y con los fondos por regalías petroleras que correspondían a Santa Cruz. Puedo entender que el señor Guardia Bosñak rinda pleitesía casi religiosamente a esta señora y defienda ciegamente un modelo de gestión que a la postre hizo añicos nuestro país. Lo que no entiendo es que en vez de defender un relato observe que Argentina cambió para bien, pues el pueblo se hartó del saqueo y la corrupción de los Kirchner, Báez, López, Jaime, Boudou, De Vido, Insaurralde y tantos otros; vio cómo se secuestró la verdad y la justicia y cómo se prostituyeron causas nobles con este modelo Nac And Pop. Estoy seguro y convencido de que hoy el rumbo es correcto, acompañado por una mayoría expectante y por los países del Primer Mundo que ven en Milei y su gestión una oportunidad para todos. Hoy la estabilidad económica es cada día más sólida, mal que les pese a los agoreros y destituyentes de siempre.
Rodolfo Soria
Zoilo Domínguez 111 - Lules