
Durante los primeros 22 giros Max Verstappen, campeón mundial vigente, dominó y gestionó la ventaja que logró en la impecable largada que hizo en el autódromo de Suzuka. Desde la largada, hasta la decisión de Red Bull de que entrara a cambiar neumáticos, no tuvo ningún sobresalto con sus inmediatos perseguidores, los McLaren, comandados por Lando Norris y Oscar Piastri. Sin sobresaltos y austera por lo precavido que fueron todos los pilotos, era la carrera hasta el ingreso de los dos autos a los boxes.
Norris y Verstappen ingresaron a hacer el cambio en el mismo giro. Tras la asistencia, salieron casi en paralelo y el inglés tuvo que pisar la vía de escape de césped. Las cuatro ruedas se pusieron en la zona, el auto levantó algo de tierra y volvió de lleno al asfalto por detrás del Red Bull del campeón.
"¡Me ha forzado!", se quejó el británico. La repetición televisiva y las imágenes que empezaron a viralizarse no mostraron ningún movimiento agresivo de Verstappen. Tampoco se anunció por parte de los comisarios deportivos algún proceso de investigación. En la vuelta 32, el neerlandés volvió a tomar la punta de la carrera perseguido por Norris y Piastri.