

Por cuestiones de seguridad y protocolo, las autoridades decidieron cerrar las visitas para despedir al papa Francisco en la Basílica de San Pedro. A partir de las 5 de la tarde (12 hora argentina), el acceso fue restringido por completo, dejando a cientos de fieles sin la posibilidad de dar su último adiós al Santo Padre.
En el lugar, se observó un amplio despliegue de fuerzas de seguridad, incluyendo policía y ejército, en preparación para la ceremonia de mañana y la protección de las personalidades que asistirán. Mientras tanto, entre la multitud que permaneció hasta el último momento, se vieron rostros de desilusión y frustración, al encontrarse con que las puertas de la basílica ya son infranqueables.

Muchos se quedaron con las ganas de despedir al Pontífice, marcando un final emotivo y tenso para esta jornada de duelo.
Al menos 150.000 personas visitaron hasta este viernes al mediodía la capilla ardiente para presentar sus respetos al pontífice argentino, anunció el Vaticano.