La presencialidad resurge en el sector tecnológico tucumano tras el boom del home office

Líderes de "startups" explican por qué están retornando las horas de oficina o la preferencia por los esquemas híbridos, sobre todo para los perfiles junior.

REUNIÓN EN EQUIPO. Espacios como Rolling Coder apuestan por encuentros presenciales para potenciar la colaboración. REUNIÓN EN EQUIPO. Espacios como Rolling Coder apuestan por encuentros presenciales para potenciar la colaboración. / GENTILEZA DE WALTER JUAREZ

Durante la pandemia, el mundo de la tecnología encarnó como ningún otro el sueño del trabajo remoto. Desde entonces, la imagen de jóvenes en pijama en el living de sus casas; con laptops en cafeterías o las llamadas desde la playa fue casi un símbolo generacional. Pero ese modelo, que parecía definitivo, empieza a mostrar matices. Algunas empresas del sector están pidiendo hoy —sobre todo a los empleados junior— que regresen a la oficina. No para controlar, dicen, sino para volver a conectar.

En Tucumán, varias compañías ya están repensando sus esquemas laborales. Mientras los perfiles más experimentados suelen mantener arreglos full remoto o híbridos flexibles, las nuevas camadas de trabajadores tecnológicos son las que más sienten el cambio. ¿Por qué? ¿Qué buscan las empresas al traer de nuevo a su gente al escritorio físico? ¿Es una tendencia o una excepción?

Volver a la oficina, pero con sentido

Walter Juárez, CEO de Rolling Code, dice que conoce el vaivén de las distintas modalidades. Su empresa, que combina una escuela de formación tech con proyectos de desarrollo y un estudio de diseño, vivió todas las etapas. “En 2019 teníamos oficinas, pero la pandemia nos llevó a cerrar casi todo. Recién ahora volvimos con cursos presenciales al 100% y con cupo limitado”, cuenta.

Pero el regreso no es total. “Intentamos que el equipo vuelva, pero con dinámicas que tengan sentido. No es ir por ir. Si volvés, es para una reunión de planificación o para compartir algo que presencialmente suma valor. La conexión es distinta cuando estás con la otra persona en la misma mesa”, explica Juárez.

FORMATO MIXTO. Las reuniones presenciales conviven con la participación virtual en empresas del ecosistema tech. FORMATO MIXTO. Las reuniones presenciales conviven con la participación virtual en empresas del ecosistema tech. / GENTILEZA DE WALTER JUAREZ

Entre quienes egresan de su escuela de coders y se suman al equipo como juniors advierte un patrón: “muchos prefieren venir. Saben que al principio necesitan apoyo y, aunque usamos Meet para acompañarlos, la presencialidad todavía les da seguridad y aprendizaje”.

Juárez es claro: “no se trata de control, sino de productividad. Hay gente que engaña a las empresas, tiene dos trabajos y no rinde igual. No se trata de estar sentado para cumplir, sino de ver si se entregan las cosas, si hay eficiencia”.

La mirada híbrida

Ignacio Schuttemberger, CEO y cofundador de Wais, adopta una mirada diferente. Su equipo es remoto por necesidad: no tiene oficinas físicas y la mayoría de sus colaboradores ni siquiera están en Tucumán. “Nunca trabajé de manera presencial en el día a día. Sin embargo, sí valoro mucho la presencialidad. Hay una diferencia muy grande cuando uno se junta con colegas, clientes o con el equipo en persona”, reflexiona.

Su caso es ilustrativo de muchas startups tecnológicas. El trabajo remoto no es sólo una elección, sino parte del ADN del modelo de negocios. Aun así, Schuttemberger reconoce que “hay un valor importante en el cara a cara, aunque sea ocasional”.

En esa línea se expresan también varios miembros del Clúster Tecnológico de Tucumán, que reúne a empresas locales del rubro. “Somos 100% remotos. Nos encontramos presencialmente sólo dos o tres veces al año para fechas especiales. Hay empresas que abren oficinas unas horas por semana, o espacios de cowork para reuniones específicas con clientes o actividades de coaching, pero son esporádicas”.

La clave parece estar en el uso estratégico de la presencialidad, sin que esta deje de ser la excepción.

La variable generacional

Esteban Mulki, experto en tecnología, negocios y desarrollo de talento, enfoca el tema desde otro ángulo. Para él, hay una clave central: la edad. “Los jóvenes valoran trabajar desde la casa. Para muchos es su fantasía hecha realidad. Hay personas que después de la pandemia decidieron que no iban a volver a una oficina porque fueron muy felices trabajando desde su casa”, sostiene.

Pero también aclara que no todas las empresas son iguales. “Hay compañías 100% remotas porque ni siquiera tienen oficinas. Pero si la empresa tiene una base en tu ciudad o si firmaste un contrato con cláusulas presenciales, puede que tengas que ir con cierta frecuencia. Ahí empieza lo híbrido”, analiza.

Mulki destaca algo fundamental: el trabajo remoto cambió la forma de medir la productividad. “Ya no se puede controlar si alguien está sentado trabajando. El foco ahora tiene que estar en los resultados. Para algunas empresas eso implica un cambio de mentalidad y de gestión muy grandes”, observa.

Lo que se gana y lo que se pierde

El home office tiene beneficios claros. Evitar los traslados; ahorrar en comida y en ropa; pasear al perro en un break, etcétera. Para muchos, esas pequeñas libertades hacen una diferencia enorme. Pero también hay costos.

“Lo que más cuesta en el trabajo remoto es transmitir la cultura de la empresa”, señala Mulki. “Cuando no conocés a las personas con las que trabajás, cuando nunca compartiste un café o una charla informal, es muy difícil generar identidad o pertenencia. Y eso hace más difícil retener talento”, reflexiona.

En ese sentido, muchos coinciden en que los empleados junior —quienes recién empiezan— son los que más necesitan cierta dosis de presencialidad. No sólo para aprender, sino para entender la dinámica del equipo y absorber la cultura organizacional.

¿Hacia un nuevo equilibrio?

¿Se está terminando el trabajo remoto? Todo indica que no. Pero sí se está reconfigurando. Las empresas no quieren (ni pueden) volver a modelos 100% presenciales, pero tampoco renuncian a los beneficios del encuentro físico. La fórmula híbrida, en sus múltiples versiones, parece ser la tendencia que se consolida.

En Tucumán, muchas compañías están explorando estas transiciones. Algunas lo hacen con reuniones estratégicas presenciales, otras habilitan oficinas abiertas a demanda y otras apuestan a coworkings esporádicos.

TRABAJO PRESENCIAL. Las instancias informales, como un almuerzo en equipo, también fortalecen los vínculos en el entorno laboral tech. TRABAJO PRESENCIAL. Las instancias informales, como un almuerzo en equipo, también fortalecen los vínculos en el entorno laboral tech. / GENTILEZA DE WALTER JUAREZ

Un nuevo paradigma laboral

Lo que está en juego no es sólo una cuestión logística, sino una forma de concebir el trabajo. La virtualidad total prometía libertad, pero también trajo aislamiento. El regreso parcial promete conexión, pero también exige adaptación.

Las empresas tecnológicas están en pleno experimento. Buscan modelos que funcionen; que cuiden la productividad sin perder humanidad y que permitan flexibilidad sin perder cohesión. Y en ese intento, los más jóvenes —los que se formaron en la pandemia, los que soñaban con trabajar desde cualquier parte del mundo— se enfrentan al primer giro inesperado de su vida laboral.

No es un retroceso, explican desde el sector: es una evolución.

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