Colapinto perdió una oportunidad, pero tiene desquite

Clasificó 19° en el GP de España, luego de no haber podido completar la clasificación por problemas en su Alpine. La final desde las 10

Colapinto perdió una oportunidad, pero tiene desquite

“Qué suerte para la desgracia” desgranaba de forma humorística Pepe Biondi, el artista argentino de más alto rating en la televisión nacional allá por la década del 60 del siglo pasado. Lo decía por algunos personajes que componía, que tenían una tendencia a sufrir situaciones poco felices. Por estas horas, seguro que con menos humor, es lo que podría estar pensando Franco Colapinto en su fallido intento de vivir un sábado feliz en el autódromo de Barcelona, donde se está desarrollando el GP de España de F-1.

Digan si no: el viernes, su Alpine sufrió un pequeño incendio en la parte trasera por una fuga hidráulica, lo que lo forzó a perderse los últimos 10 minutos del primer ensayo; en el segundo, el coche se mostró “desconectado” en su puesta a punto, impidiendo al piloto sentirse cómodo en su manejo.

Y entonces llegó el sábado…

Tercer entrenamiento y mejores señales: 17° y mejorando, después de un trabajo prolijo y una buena puesta a punto. Esto abrió la puerta a la expectativa por algo mejor en la clasificación. Y así fue hasta que se hizo carne aquello de “socio con la desgracia”.

Sus tiempos en la Qualy 1 permitían proyectar una potencial clasificación a la Q2. Pero todo cambió cuando Franco se encontraba en el pitlane dispuesto a salir con neumáticos blandos nuevos para marcar su último tiempo clasificatorio, a tres minutos del final de la sesión. Las imágenes que mostró la televisión llenaron de frustración al público argentino. Con una larga fila de autos atrás, él apenas podía mover el suyo. Pasaron segundos eternos, el resto de los corredores comenzó a pasarlo por el costado para no perder tiempo y poder salir a la pista. Los intentos para mover el coche fueron en vano, apenas pudo llegar a la salida de la calle de boxes.

El mensaje por radio fue decepcionante. “Apagalo. Lo siento, amigo”, le dijeron. Colapinto se bajó y el ligero golpe que le dio a un neumático resumió su frustración. Cabizbajo, atravesó toda la calle de boxes y se recluyó en el búnker del equipo.

Luego se supo, por intermedio de la propia escudería, sobre “un problema en la transmisión. Se darán más detalles antes de la carrera”, según un comunicado. De manera extraoficial, también se supo que los mecánicos procedieron al reemplazo de forma completa de la transmisión del A525 número 43. Por esto, Franco podría penalizar para la largada de la competencia en Barcelona. En la clasificación ocupó el puesto 19°, sólo por delante del japonés Yuki Tsunoda y su Red Bull.

“Creo que tenía buen ritmo, estaba fuerte, antes de la última salida estaba 9° y tenía todavía mucho por mejorar. Estoy un poco triste porque era una buena oportunidad. Creo que fue un buen trabajo después de lo del viernes, cuando no teníamos potencial en el auto. Trabajamos bien a la noche y lo sacamos adelante. Una lástima lo que pasó”, dijo Franco.

Colapinto no obstante lo sucedido en la clasificación y su puesto de salida en la retaguardia, apuntó al optimismo: “La que viene es una carrera larga y hay oportunidades”. Lo que se dice, abrir un hilo de esperanza, ante la desgracia.

Hasta que no se corra la final (prevista a partir de las 10), habrá preguntas poco agradables cuyas respuestas recién podrían conocerse, tal vez, pasado el mediodía del domingo, cuando finalice la carrera: ¿el problema es el auto, el equipo o él mismo?; ¿por qué su compañero de equipo, Pierre Gasly (que larga 8°) logra domar al coche y llevarlo a posiciones más lógicas?; ¿es que al francés le dan una mejor arma?

Y también hay certezas: el piloto está, tal vez más contenido que de costumbre por la falta de resultados, pero está; el auto no es el mejor ni es confiable, pero se trabaja para mejorarlo; la actitud, aunque algo golpeada, sigue en positivo.

En Barcelona largarán adelante el australiano Oscar Piastri, el británico Lando Norris (ambos con McLaren) y el neerlandés Max Verstappen (Red Bull). Todo hace prever que el nombre del ganador saldrá de entre estos tres monstruos. A Colapinto le queda hacer la carrera más prolija posible -en un circuito que conoce mucho- y tratar de avanzar. Las rachas negativas algún día terminan, como siempre sucede en el deporte. La oportunidad de desquitarse de esta serie de desgracias que viene soportando la tiene en sus manos. 

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