La humedad, el polvo y el agua de los baños son la peor combinación para los azulejos. Es común que con el correr del tiempo, las juntas entre cada cuadro empiecen a marcarse de un color oscuro. Incluso pueden empezar a aparecer hongos que pueden ser perjudiciales para la piel y la salud general. Por eso es tan importante mantener una limpieza adecuada.
Los hongos constituyen un peligro porque pueden producir reacciones alérgicas. Hay personas alérgicas al moho y pueden sufrir estornudos, secreción nasal y hasta picazón en la piel. Por ende, pueden producir problemas respiratorios como asma o sibilancias. En los casos más extremos pueden generar infecciones –especialmente en personas inmunodeprimidas– y resultar tóxicos.
¿Qué usar para limpiar las juntas de azulejos de los baños?
Saber con qué elementos pulir las superficies de las paredes es indispensable ya que no dará lo mismo usar un elemento con puntas o de materiales más rígidos que una simple esponja suave. La primera opción es reciclar los cepillos de dientes viejos. Cuando quieras descartar uno que ya no te sirva, dejalo secar en algún vaso con ventilación. Después podrás usarlo para limpiar las uniones de los azulejos. Al tener un tamaño pequeño, sus cerdas se insertan con mayor facilidad en espacios pequeños.
Otra opción para lograr la blancura perfecta es pintar los azulejos sin despegarlos. Aunque se logra un excelente resultado, es una tarea engorrosa. Por eso hay otras opciones más sencillas como utilizar una limpiadora a vapor que ayuda a remover fácilmente la suciedad en las grietas; o usar un blanqueador después de haber cepillado y enjuagado la pared.
Trucos caseros para limpiar las grietas de los baños
Además de productos para tallar, es indispensable saber qué mezclas se pueden hacer para remover la suciedad sin que nuestra salud corra peligro. La opción más adecuada que no necesita preparación previa es usar lavandina. Está siempre al alcance de la mano y, a lo sumo, necesita disolverse con un poco de agua. Es recomendable colocar el líquido en un pulverizador y usar ropa que puedas manchar o un delantal y guantes.
Un químico menos usado pero igualmente eficiente es la pasta de dientes que sirve como blanqueador. Se puede utilizar tanto en el baño como en la cocina y solo debés aplicar y frotar con un cepillo para después enjuagar con agua fría. La última y tal vez una de las favoritas es mezclar bicarbonato, vinagre y agua tibia. Aunque es menos abrasivo que la lavandina, se recomienda disolver el vinagre y aplicar con rociador sobre las juntas manchadas.





















