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En una nueva jugada que refuerza su estrategia de control tecnológico, Rusia anunció el desarrollo de una aplicación estatal de mensajería instantánea, con el objetivo de competir directamente con servicios como WhatsApp y Telegram. La iniciativa, que ya cuenta con la aprobación del presidente Vladímir Putin, fue avalada por la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, a principios de junio.
Según trascendió, la app no se limitará al intercambio de mensajes, sino que integrará funcionalidades avanzadas como llamadas de voz y video, firma electrónica, manejo de documentos y acceso directo a trámites del Estado. De esta manera, el gobierno busca que el nuevo servicio se convierta en el principal canal de comunicación entre los ciudadanos y los organismos públicos.
El nuevo rostro de la soberanía digital
El proyecto forma parte de una estrategia más amplia denominada “soberanía digital”, que el Kremlin impulsa desde hace varios años, pero que se profundizó a partir de la invasión a Ucrania en 2022 y las consecuentes sanciones internacionales. El objetivo central es reducir la dependencia tecnológica del extranjero, fortalecer el desarrollo de software nacional y proteger las comunicaciones estatales.
Aunque aún no se ha anunciado el nombre de la aplicación ni la plataforma sobre la que se construirá, algunas fuentes especulan que podría basarse en TamTam (una app de mensajería desarrollada por Mail.ru) o en el ecosistema de VK, la red social rusa que ha ganado fuerza como alternativa a los gigantes tecnológicos occidentales.
Control o independencia
Si bien el Kremlin justifica esta iniciativa en términos de independencia tecnológica y eficiencia estatal, organizaciones de derechos digitales alertan sobre el riesgo de mayor vigilancia estatal y pérdida de privacidad para los usuarios. La preocupación crece en un país donde, desde 2022, ya se han bloqueado o restringido plataformas como Facebook, Instagram o X (ex Twitter), y se exige a las tecnológicas extranjeras que instalen servidores dentro del país, facilitando el acceso gubernamental a los datos de los usuarios.
En este sentido, la futura app estatal despierta dudas sobre el impacto que podría tener en la libertad digital de la población rusa, en un contexto de creciente censura y monitoreo.
¿Qué pasará con WhatsApp y Telegram?
Por ahora, el gobierno ruso no anunció restricciones específicas contra WhatsApp o Telegram, pero la creación de una plataforma oficial podría derivar en futuras limitaciones. WhatsApp, al ser propiedad de Meta (una empresa vetada en Rusia), corre con desventaja al no ofrecer integración con sistemas locales ni cumplir con las exigencias del Kremlin.
Telegram, a pesar de su origen ruso, mantiene una relación ambigua con el gobierno. Si bien fue creada por Pavel Durov, hoy tiene sede fuera de Rusia y protagonizó conflictos con el Estado por negarse a entregar datos de usuarios. Aun así, sigue siendo ampliamente utilizada por funcionarios y medios estatales. Sin embargo, su carácter privado y extranjero podría convertirla en un blanco de regulación si la nueva app estatal busca consolidarse como la opción principal.
La nueva aplicación estatal de mensajería podría estar disponible entre fines de 2025 y principios de 2026, marcando un nuevo capítulo en el modelo de control digital del Kremlin.



















