MEJORAS. Ejercitarse después de los 50 años relentiza el envejecimiento. FOTO TOMADA DE MDZOL.COM
Con el avance de la edad, el cuerpo atraviesa transformaciones naturales que pueden impactar en la salud física y emocional. Esa es la razón por la que especialistas en medicina y entrenamiento físico insisten en la importancia de adoptar una rutina de ejercicios sostenida, especialmente entre los mayores de 50 años. No se trata únicamente de mantenerse activo, sino de elegir movimientos específicos que respondan a las necesidades del cuerpo en esta etapa de la vida.
De acuerdo con la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, existen ejercicios concretos que pueden marcar una gran diferencia en la movilidad, la fuerza y el bienestar general de las personas que superan la barrera de los 50 años. Estos movimientos, accesibles y de bajo impacto, son recomendados por su capacidad de fortalecer los músculos centrales, mejorar el equilibrio y proteger la salud ósea.
Los 50 años, una etapa crítica para la salud física
A partir de los 50 años, comienza un proceso gradual de pérdida de masa muscular, flexibilidad y densidad ósea, lo que puede derivar en caídas, lesiones y una mayor dificultad para realizar actividades cotidianas. Este deterioro natural, sin embargo, puede ralentizarse con una rutina de ejercicios adecuada y regular.
Los expertos coinciden en que realizar actividad física durante al menos 30 minutos diarios ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes tipo 2 y las patologías cardiovasculares. Además, moverse regularmente contribuye a conservar la autonomía, mejorar el ánimo y prevenir síntomas de ansiedad y depresión, afecciones comunes entre los mayores de 50 años.
Tres ejercicios recomendados para mayores de 50 años
Puentes: acostado boca arriba con las rodillas flexionadas, se deben elevar los glúteos del suelo formando una línea recta entre hombros y rodillas. Este movimiento fortalece la zona media del cuerpo, desde la caja torácica hasta la pelvis, generando una contracción simultánea de múltiples grupos musculares. Es especialmente útil para mejorar la estabilidad y proteger la columna vertebral.
Planchas: este ejercicio implica sostener el cuerpo en posición de flexión, con los antebrazos y pies apoyados. El objetivo es mantener el torso rígido, como una tabla, mientras se activan los músculos del core, los hombros y los brazos. Las planchas ayudan a reforzar la postura y aumentan la resistencia sin sobrecargar las articulaciones.
Elevación de brazo y pierna opuestos: desde una posición a cuatro apoyos, se extiende simultáneamente un brazo y la pierna contraria. Al contraer el abdomen y sostener el equilibrio, se trabajan los músculos profundos del tronco. La clave está en realizar el movimiento de forma lenta y controlada, sin prisas ni brusquedades.




















