Globos, juguetes y corazones rojos y blancos: la colecta que conmovió en La Ciudadela

En Lavalle y Pellegrini, hinchas de San Martín llevaron adelante una campaña solidaria por el Día del Niño.

IMPAGABLE. A Través de redes sociales los socios de San Martín convocaron a una colecta por el día del niño. IMPAGABLE. A Través de redes sociales los socios de San Martín convocaron a una colecta por el día del niño. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.
29 Junio 2025

Entre banderas, música a todo volumen y camisetas al viento, la previa del partido entre San Martín y Patronato tuvo un rincón diferente. A metros del ingreso al estadio, sobre la intersección de Lavalle y Pellegrini, no todo era fútbol. Allí se desplegaba otra pasión, igual de fuerte, pero nacida del corazón: una colecta solidaria impulsada por hinchas del club. Bajo la consigna “Doná un juguete, doná una sonrisa”, buscaban regalar alegría a niñas y niños en situación de vulnerabilidad por el Día del Niño.

La iniciativa fue organizada por la agrupación comunitaria “Una sonrisa para ellos”. Surgió del impulso solidario de Emanuel López Max, un hincha de San Martín que lleva años recorriendo barrios humildes, organizando colectas y repartiendo regalos a pulmón. Esta vez, lo acompañaron Lucas Castro y Gabriel Álvarez, entre otros compañeros que sumaron manos, tiempo y corazón para que la propuesta volviera a encenderse.

Había cajas rojas y blancas -los colores tan distintivos del “Santo”- dispuestas prolijamente para recibir donaciones. A su alrededor, globos, calcomanías y una gran pancarta con letras marcadas con cariño popular: “Doná un juguete, doná una sonrisa”. Esa tarde, como tantas otras en el alma de La Ciudadela, el amor por el club se mezcló con el amor por el otro.

Ahora bien, ¿cómo se le ocurrió esta idea? Todo comenzó años atrás, cuando Emanuel vivió una experiencia que lo marcó para siempre. “Esto inició allá por 2014 o 2015, cuando fueron aquellas inundaciones tan grandes en Lamadrid, Graneros y otras zonas del sur”, recordó. Por ese entonces, él y un grupo de amigos decidieron colaborar con los damnificados, llevando donaciones en sus propios vehículos, recorriendo caminos anegados y barriadas golpeadas por el agua.

“En uno de esos viajes, ya volviendo de entregar las cosas, vi a un nene en la ruta, solo, de noche, vendiendo alfajores. Me los ofreció, pero yo no tenía efectivo para comprarle… Lo único que me quedaba era una bolsa con ropa. Se la di. El pequeño se largó a llorar y a mí se me dibujó una sonrisa que me emocionó profundamente. Esa noche dije: quiero fundar algo que ayude a los chicos, algo que se llame ‘Una sonrisa para ellos’, en honor a esa imagen que me marcó el alma”.

Desde entonces, el compromiso de Emanuel con la solidaridad no se detuvo. Organizó colectas, acompañó a escuelitas de fútbol y hockey en asentamientos, y se sumergió en una misión: que ningún niño pase el Día del Niño sin al menos una caricia simbólica, un juguete, una merienda, un rato de juego.

Este año, Emanuel y sus compañeros decidieron unir su pasión por San Martín con su vocación solidaria. “La esquina de Lavalle y Pellegrini es histórica para nosotros. Ahí nos juntamos siempre, nos conocen las caras. Dijimos: ‘¿Por qué no aprovechamos que hay partido, que hay movimiento de gente, para hacer la colecta ahí?’”.

La difusión se hizo a través de redes sociales. La consigna era clara: quien llevase un juguete recibiría a cambio una calcomanía con el escudo del club o del “Malevo”, esa caricatura que Ceferino Sirgo creó en los 90 y que se volvió ícono popular.

“Decidimos entregar un recuerdo del ‘Santo’ por cada juguete donado, para que la gente también se lleve algo simbólico, algo que represente al club de nuestros amores”, explicó Emanuel, mientras los globos rojiblancos se mecían con la brisa de la noche.

Además de los juguetes, el grupo organizó la venta de rifas a $2.000 para seguir recaudando fondos. “Todo se va a destinar a la celebración del Día del Niño. No hay ni un peso que quede para nosotros. Todo se invierte en ellos”, remarcaron.

"Esto me parece hermoso", dijeron los hinchas sobre la iniciativa

El entusiasmo era contagioso. En la previa del partido, decenas de hinchas se acercaron a colaborar. Entre ellos estaba Carlos Medina, de 42 años, que llegó con su hijo y una mochila que contenía juguetes usados en buen estado. “Esto me parece hermoso. Uno a veces no puede hacer mucho, pero traer un juguete que mi hijo ya no usa y saber que va a hacer feliz a otro nene… es impagable”, dijo.

También apareció Rocío Núñez, vecina del barrio San Cayetano, con una bolsa de pistolas de agua. “Yo me enteré por Facebook. No soy muy futbolera, pero esto va más allá de una camiseta. Es por los chicos”, comentó. “Ya tenemos asegurado un lugar en San Javier, donde nos pidieron si podíamos festejar el Día del Niño”, agregó.

Aunque el marco fue la previa de un partido, lo que se vivió en Pellegrini y Lavalle fue mucho más que una jornada deportiva. Fue una lección de empatía y compromiso comunitario.

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