Cantabria, con su privilegiada geografía entre el mar Cantábrico y los Picos de Europa, es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo. Sus rutas atraviesan paisajes de ensueño: desde imponentes acantilados y frondosos bosques hasta valles salpicados de pueblos con encanto. Todo ello convierte a la región en el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Su red de senderos ofrece opciones para todos los gustos: desde espectaculares rutas de montaña hasta paseos sencillos entre marismas y bosques, ideales para recorrer en familia. A continuación, seleccionamos cinco de las rutas más bonitas e imprescindibles para descubrir la belleza natural de Cantabria.
Ruta del Cares: la garganta más espectacular
Aunque parte del recorrido discurre en Asturias, la Ruta del Cares es uno de los grandes clásicos del senderismo en los Picos de Europa y un imprescindible para cualquier aficionado. Conocida como la Garganta Divina, sigue el curso del río Cares entre paredes de roca que superan los 1.000 metros de altura. El trayecto, de unos 12 kilómetros entre Poncebos (Asturias) y Caín (León), regala un paisaje inolvidable, con el contraste de la caliza gris y las aguas turquesas del río.
Parque Natural de las Marismas de Santoña: entre aves y humedales
Para quienes prefieren rutas llanas y de gran valor ecológico, el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel es una apuesta segura. Su sendero principal, de unos 10 kilómetros, discurre entre dunas, lagunas y estuarios donde es posible avistar garzas, cormoranes, espátulas y otras aves migratorias. Todo ello acompañado de una magnífica panorámica de la bahía de Santoña.
Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal: un rincón mágico
A las afueras de Cabezón de la Sal se encuentra un sorprendente bosque de secuoyas, con más de 800 árboles centenarios que superan los 40 metros de altura. El recorrido es corto y sencillo —unos 2 kilómetros— y apto para toda la familia. Caminar entre estos gigantes ofrece una experiencia casi mágica, especialmente en otoño, cuando la luz se filtra entre las copas y el suelo se cubre de hojas rojizas.
Camino de Santiago por la Costa: acantilados y playas salvajes
La variante costera del Camino de Santiago atraviesa algunos de los paisajes más impresionantes del litoral cántabro. El tramo entre Castro Urdiales y Laredo, de unos 25 kilómetros, combina playas vírgenes, acantilados vertiginosos y pequeños pueblos marineros donde se puede degustar la gastronomía local. El recorrido pasa por lugares emblemáticos como el puente medieval de Treto o el monasterio de Santa María de Puerto.
Ascenso a Peña Cabarga: las mejores vistas de Cantabria
Para quienes buscan un reto con recompensa, la subida a Peña Cabarga es una opción ideal. Esta cumbre, situada a pocos kilómetros de Santander, ofrece desde su mirador (a 568 metros de altitud) una de las panorámicas más espectaculares de la región: la bahía de Santander, los Picos de Europa y, en días claros, incluso la costa asturiana. Además, el entorno forma parte del Parque Natural Macizo de Peña Cabarga, una zona de gran valor geológico con antiguas minas que han dejado un paisaje de tonos rojizos y ocres muy característico.





















