03 Julio 2025
A menos de dos meses de poder regresar oficialmente a las canchas tras una sanción que lo alejó casi dos años, Alejandro Gómez está muy cerca de cerrar su incorporación a un nuevo club. El “Papu”, suspendido por consumir terbutalina —una sustancia prohibida—, se encuentra ultimando detalles para convertirse en refuerzo del Calcio Padova, equipo de la Serie B del fútbol italiano.
Según informó Sky Sports Italia, el futbolista campeón del mundo y de América con Argentina mantendrá una reunión clave con el técnico Massimo Andreoletti, y está previsto que este viernes 4 de julio se firme el contrato. El acuerdo contempla dos años de vínculo, con opción a una temporada adicional. Su vuelta a la actividad oficial será posible desde el 20 de octubre, una vez cumplida su sanción.
Durante este largo período sin jugar, Gómez se entrenó de manera individual y con equipos de categorías inferiores. La sanción se originó tras un control realizado el 23 de octubre de 2022, un día después de que su exclub, el Sevilla, perdiera ante el Real Madrid. El argentino argumentó que tomó por error un jarabe para la tos de su hijo menor, lo que derivó en el resultado positivo. Sin embargo, el Comité Sancionador Antidopaje español desestimó su defensa y habló de una “negligencia grave”.
El fallo del Comité también dejó constancia de que el jugador no había declarado el consumo del jarabe en los días previos al control. La sanción, impuesta oficialmente en noviembre de 2023, fue más dura de lo que el propio futbolista esperaba: durará hasta noviembre de 2025, aunque su regreso será autorizado el 20 de octubre. Esta pena fue muy superior a los seis meses sugeridos por el instructor del caso y a los cuatro meses que él mismo había solicitado.
“El Papu se jubiló, yo no”
La última vez que Gómez jugó un partido oficial fue el 8 de octubre pasado, cuando defendió la camiseta del Monza en la Serie A ante la Salernitana. En diálogo con La Gazzetta dello Sport, reflexionó. “No fue fácil, pero estoy listo para volver. Entendí que el personaje del Papu tiene un principio y un final, mientras que Alejandro, a sus 37 años, todavía quiere expresar su opinión”.
También relató cómo vivió el tiempo alejado del fútbol profesional. “Pasé por un período complicado; seguí entrenando sin saber cuándo, cómo y si tendría la oportunidad de volver a jugar. Durante el primer año de descalificación, no se permite frecuentar las instalaciones de los clubes profesionales y uno se siente marginado. Desde diciembre me uní a Renate (de la tercera de Italia) y gracias a ellos he vuelto a ver el campo, el vestuario y a mis compañeros. Y estoy bien”. Y concluyó con confianza: “Todavía puedo marcar la diferencia. Siempre tengo el pie caliente. El Papu se jubiló, yo no”.
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