Entre los años 1944 y 1948, el régimen franquista construyó en secreto la Línea P (Organización Defensiva de los Pirineos), un conjunto de miles de búnkeres y fortificaciones que hoy representa la mayor obra de ingeniería militar de España. Aunque nunca fue utilizada con fines bélicos, esta imponente infraestructura se ha convertido en un tesoro histórico y paisajístico que se puede recorrer a través de diferentes rutas de senderismo.
Uno de los tramos más impactantes se encuentra en Sallent de Gállego, en el corazón del Valle de Tena, donde tres itinerarios permiten visitar más de una decena de búnkeres con impresionantes vistas a los Pirineos.
Qué es la Línea P: historia de una defensa que nunca se usó
Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Franco temía una invasión aliada a través de los Pirineos. Como medida preventiva, ordenó la construcción de más de 2.800 búnkeres, distribuidos a lo largo de cinco zonas de defensa que recorrían toda la frontera norte. Aunque muchos han caído en el olvido, varios han sido rehabilitados para el turismo cultural y natural.
Ruta 1: Los búnkeres de San Mamés (NR 109)
Ideal para familias y senderistas ocasionales, esta ruta de apenas 1 kilómetro parte desde el Ayuntamiento de Sallent de Gállego. Conecta dos fortificaciones cuya misión era proteger el Valle de Aguas Limpias. A pocos metros se encuentra el mirador de San Mamés, desde donde se obtiene una vista privilegiada del embalse de Lanuza y del entorno natural.
Ruta 2: El Castiecho de Lanuza (NR 108)
Un recorrido de 3 kilómetros que comienza en la carretera de Lanuza rumbo a Panticosa. En él se pueden explorar cuatro búnkeres accesibles al público, ubicados entre montañas y con vistas espectaculares a los embalses de Lanuza y Búbal. Es una de las rutas más completas y visualmente impactantes de la zona.
Ruta 3: Búnkeres de Formigal (NR 110)
Este trayecto, de casi 2 kilómetros, comienza en el parking de Sextas, junto a la estación de esquí de Formigal. Aquí se encuentran tres búnkeres (dos rehabilitados), cuya función original era proteger los accesos por carretera. La ruta, aunque corta, ofrece una visión privilegiada de cómo se planificó la defensa territorial.
Sallent de Gállego: historia, gastronomía y tradición pirenaica
Además de las rutas militares, Sallent de Gállego es un destino con encanto propio. Su casco medieval, sus calles empedradas, la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción y su vibrante oferta gastronómica lo convierten en uno de los pueblos más visitados del Pirineo aragonés. Destaca por tener el mayor número de bares por habitante en España, lo que lo hace ideal para una escapada cultural y culinaria.
Otros puntos de interés incluyen:
El Gigante de Sallent, una escultura mítica del pueblo.
El Puente del Paco, del siglo XVI, paso obligado del antiguo Camino Real.
La Torre de los Martón y las casas Socotor y Menin, de los siglos XIV al XIX.
Spa y alojamientos rurales, ideales para relajarse tras las rutas.
Cómo llegar a Sallent de Gállego
Desde Huesca: 1 hora y 10 minutos por la A-23.
Desde Jaca: 45 minutos por la carretera hacia Francia.
¿Por qué visitar los búnkeres de Sallent?
Porque combinan historia, naturaleza y senderismo en un mismo destino. Estas rutas ofrecen la oportunidad única de explorar la arquitectura militar española mientras se disfruta de algunos de los paisajes más hermosos del Pirineo aragonés. Ideal para amantes de la historia, el aire libre y la fotografía.





















