La oportunidad en la tormenta: San Martín quiere golpear a River, justo en el momento en el que perdió a su jugador más determinante

El “Millonario” llega sin su goleador y con la cabeza dividida entre la Copa Argentina y la Libertadores. El “Santo”, con Campodónico recién llegado, buscará dar el golpe desde la inteligencia y la entrega.

DISTENDIDOS. Soraire, Osores y Campodónico sonríen en un alto del entrenamiento de San Martín. DISTENDIDOS. Soraire, Osores y Campodónico sonríen en un alto del entrenamiento de San Martín. Prensa CASM

Como quien agarra el volante en plena tormenta y sin haber leído todo el mapa, Mariano Campodónico empieza su recorrido al frente de San Martín en el momento más desafiante. Apenas unos días de trabajo, pocas prácticas formales, mucho por conocer, y sin embargo, ya le toca enfrentar a uno de los equipos más temido: River.

En ese sentido, el flamante nuevo DT no lo niega. Sabe que el margen de ensayo será escaso y que todavía está en pleno proceso de descubrimiento. “Vamos a buscarlo, aunque sea River”, advirtió de entrada, más como declaración de principios que otra cosa. Su mensaje fue directo, y no sólo para el grupo: también para los hinchas, para la historia y para el escudo. Sabe que no puede prometer certezas, pero sí actitud. En ese terreno quiere construir. El problema es que el reloj no se detiene y la Copa Argentina no espera.

San Martín viene de una derrota dolorosa en Salta. Falló en defensa, no encontró juego y terminó sufriendo más de la cuenta. No hubo conexiones fluidas ni peso ofensivo. A los pocos días y sumada la salida de Ariel Martos, Campodónico empezó su ciclo cargado de apuros y preguntas: ¿cómo mejorar en tan poco tiempo? ¿Quiénes deben ser los titulares? ¿Cuál es el sistema adecuado? En esas horas frenéticas empezó a formar una idea. Pero no hay fórmulas mágicas. Hay que ir resolviendo en el camino.

Y justo en ese momento aparece el “Millonario”; uno de los equipos más goleadores de la Liga Profesional, con figuras por todos lados, mucho recambio y un técnico como Marcelo Gallardo que conoce el paño como nadie. River no sólo llega invicto, sino también llega en alza. Viene de ganarle con autoridad a Platense, de golear a Instituto y de igualar con San Lorenzo en un clásico caliente. Tiene ritmo, dinámica y jerarquía. Y eso lo convierte en un rival temible.

Pero no todo es perfecto en Núñez. Maximiliano Salas, una de las grandes figuras del inicio de temporada, se lesionó contra San Lorenzo. A los 18 minutos de juego pidió el cambio por un dolor fuerte en la rodilla izquierda. El parte médico confirmó un esguince del ligamento colateral medial y estará, al menos, tres semanas afuera. Un problema real para “Muñeco” porque Salas había sido el goleador y el alma de los últimos partidos.

Sin él, la estructura ofensiva cambia. Miguel Borja, con potencia y experiencia, es el nombre que más suena para reemplazarlo. Aunque también podría aparecer Ian Subiabre o incluso Juan Fernando Quintero si Gallardo apuesta por una fórmula más asociativa. Y entre las opciones, crece una posibilidad ilusionante: el regreso de Sebastián Driussi. El ex delantero ya se entrena con normalidad tras su lesión, y aunque la prioridad es que llegue al cruce de Copa Libertadores con Libertad, no se descarta que sume minutos contra San Martín.

Para Campodónico, todos estos movimientos son piezas que debe observar con lupa. River pierde verticalidad sin Salas, gana posesión con Quintero y potencia física con Borja. Y si Driussi se suma, cambia todo el escenario. ¿Cómo preparar un plan si el rival tiene tantas caras? Ahí aparece el instinto del entrenador, su lectura, su olfato. Y también, su paciencia.

Campodónico necesita conocer a su plantel, pero el contexto lo obliga a decidir con premura; a elegir rápido, confiar en lo que ve, aunque todavía no lo haya procesado todo.

En ese marco, el rol de “no favorito” puede ser, paradójicamente, una ventaja. Nadie espera que San Martín domine el partido, ni que imponga condiciones, ni tampoco que juegue con comodidad. Esa carga la lleva River. San Martín, en cambio, puede jugar con libertad, sabiendo que todo lo que consiga será valorado.

Esa soltura puede transformarse en rebeldía, en sorpresa, en fútbol directo y “picante”. Lo sabe Campodónico y lo intuyen sus nuevos pupilos.

El plan que San Martín necesita para poder sacar adelante el duelo contra River

El “Santo” deberá sostenerse defensivamente, presionar lo justo, atacar con velocidad y aprovechar cada pelota parada. Será clave evitar los errores no forzados, cerrar los espacios entre líneas, sobre todo en la mitad de la cancha, y estar concentrado desde el primer minuto. Porque River no perdona.

Si Facundo Colidio recibe con tiempo, si Kevin Castaño acelera en el uno contra uno, si Enzo Pérez maneja la salida sin interrupciones, el partido se inclina rápido. Lo saben todos. Pero también saben que este River, sin Salas, con rotación y con calendario apretado, puede tener fisuras. Y si las tiene, San Martín tiene que estar ahí, como un cazador atento.

No será sencillo. No hay épicas fáciles, pero hay momentos en los que un equipo puede encontrar su identidad incluso en la adversidad. Campodónico llegó en plena tormenta; y ahora sin paraguas, sin abrigo y sin certezas, deberá demostrar qué clase de capitán es.

Tal vez no tenga el equipo ideal. Tal vez todavía no conozca todos los matices de su plantel. Pero si logra transmitir su convicción, si consigue que los 11 crean en su idea y si el grupo responde con entrega y orden, puede llegar a haber partido en el “Madre de Ciudades”.

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